Volkswagen ID.4, al volante del SUV eléctrico de "Voltswagen" que vendrá a México en 2023
Volkswagen nos hizo creer hace algunos meses que cambiaría su nombre al de Voltswagen. Sonaba a mentira, pero se escuchaban tan convencidos que terminamos creyendo lo que días después se destaparía como una broma. Los comunicados, las acciones en redes y las declaraciones de sus portavoces nos lo hicieron parecer muy real, pero jamás lo hubiéramos creído sin una estrategia de productos que le diera sentido. El Volkswagen ID.4, de algún modo, sí quiere transformar a VW en Voltswagen.
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El ID.4 es el primer modelo eléctrico nativo de Volkswagen en el continente, y también es el responsable de marcar el inicio de una nueva era para la marca en América, donde los motores de combustión interna pasarán paulatinamente a la sombra de los eléctricos. Forma parte de su estrategia global "Way to Zero".
Por tal motivo es que el Volkswagen ID.4 pertenece a una gama de modelos que se cuecen por separado del resto de la gama. Su diseño no tiene tanto en común con un Jetta o con un Tiguan porque lleva el ADN de la familia ID, con un estilo minimalista, un diseño específico de faros, parrilla luminosa —hasta el logo enciende— y calaveras que aportan un toque futurista.
Quizá lo más interesante y ambicioso del Volkswagen ID.4 es la forma en que el CEO de la marca en América nos lo presenta: un modelo que se maneja como un GTI, con la versatilidad del Tiguan y el propósito del Beetle (el Vocho). ¿Puede ser ese "todo en uno"?
Un SUV que da un giro a Volkswagen
Los autos eléctricos llegaron para cambiar mucho de lo que hasta ahora hemos considerado común en un auto. Tan común que ni siquiera lo pensamos. ¿Habías notado cómo tu celular siempre está encendido, aunque no lo uses? El Volkswagen ID.4 hace lo mismo. Ya no es necesario oprimir un botón de encendido, porque lo hace automáticamente. Basta con sentarte y apretar el pedal del freno para que el auto "arranque", o detenerte y presionar P para apagarlo.
Eso y más llega con la revolución del auto eléctrico, que ha sido la excusa perfecta para que Volkswagen —y la industria— se atreva a hacer cosas nuevas. Las plataformas exclusivas para vehículos eléctricos permiten explorar nuevas fórmulas de diseño y tecnología al no estar atadas a los requerimientos de un motor de combustión interna. Por eso los EV pueden apostar por líneas tan futuristas o interiores heredados de la ciencia ficción.
La cabina del Volkswagen ID.4 presenta un estilo minimalista, con un tablero delgado y que reemplaza casi todos los botones por paneles táctiles —como en el nuevo Golf. La protagonista es una enorme pantalla de 10", con una interfaz rápida, atenta al detalle y muy intuitiva, al grado de conectarse con la iluminación ambiental.
Las luces en puertas, tablero y bajo el parabrisas ya no son simples foquitos que cambian de color, ahora es la manera en la que el auto se comunica con nosotros. Se enciende al activar los comandos de voz —reconoce si le habla el conductor o el pasajero—, indica el porcentaje y proceso de carga e incluso señala la dirección hacia la que hay que dar vuelta cuando la navegación está activa.
El sistema responde a comandos de voz orgánicos. Basta con decir "Hello, ID" seguido de alguna instrucción o sensación, como "my butt is cold (mi trasero está frío)" para que el auto, en este caso, encienda la calefacción del asiento del conductor o del pasajero. Funciona para instrucciones de navegación, puntos de interés, climatización, apertura de techo panorámico y audio.
Otro aspecto tecnológico que vale la pena destacar es el sistema Travel Assist, que combina el control de velocidad crucero adaptativo con el asistente de mantenimiento de carril, de modo que el ID.4 se hace cargo de acelerar, frenar o mover el volante de manera automática. No es conducción autónoma porque hay que sujetar el volante, pero sí relaja mucho la conducción. En el cuadro de instrumentos digital muestra los autos del entorno en tiempo real y reconoce si se trata de un auto o de un camión.
Ahora bien, al hablar de calidad, los acabados del Volkswagen ID.4 convencen. A diferencia del ID.3, que no recibió buenas críticas en términos de selección de materiales en Europa, el ID.4sí lleva los interiores que esperarías de un SUV compacto. Hay superficies de tacto gomoso en la zona alta del tablero y en los paneles de las puertas. Se pueden seleccionar tonos en contraste para la cabina, desde un acabado blanco dominante para las versiones 1st Edition, hasta la opción a tapicería en combinación negro con chocolate.
Finalmente, en lo que respecta a espacio, la plataforma MEB saca a relucir una de sus grandes virtudes. Al no tener que hacer espacio para un motor de combustión interna ni sus componentes, los ingenieros pueden colocar las ruedas más hacia los extremos, creando una cabina bastante amplia, equiparable con la de autos más grandes. Pese a ser más corto que un Tiguan, el ID.4 tiene un espacio muy similar.
Un SUV cómodo y de aceleración emocionante
El Volkswagen ID.4 cumple la promesa de ser tan versátil como un Tiguan. Al volante promete una conducción tan divertida como la de un Golf GTI, y lo cumple... a medias. Si esperabas un chasís igual de picante, estás en lo incorrecto, porque su propósito es otro.
El ID.4, al igual que cualquier otro SUV, pone el confort como su prioridad. Desde ese punto de vista, la puesta a punto es brillante, con una operación silenciosa y reacciones suaves que no llegan a penalizar del todo una buena dinámica. Pese a la delicadeza de los movimientos, la dirección mantiene un tacto preciso y la carrocería no tiende a inclinar demasiado gracias a un centro de gravedad bajo —cortesía de las baterías— y a una suspensión suave, pero no demasiado blanda, y que ofrece dos niveles de rigidez según el modo de manejo seleccionado.
Donde el ID.4 sí nos dibuja una sonrisa es al hablar de aceleración. Al ser la versión AWD, emplea dos motores. El principal, colocado en el eje trasero, desarrolla 201 hp; el delantero aporta 107 hp, para que en conjunto el sistema genere un total de 295 hp y 338 lb-pie sensibles al primer roce del acelerador.
¿Entonces su aceleración es más divertida que la de un Golf GTI? ¡Por supuesto! El par instantáneo hace magia y permite que el ID.4 acelere de 0 a 96 km/h en sólo 5.7 segundos. La respuesta es tan súbita, que incluso me atrevería a decir que la respuesta es más brutal que la de un Golf R.
Hablemos ahora de la batería. El Volkswagen ID.4 AWD lleva un paquete de 82 kWh, de los cuales 77 kWh son de carga útil. La ruta no nos permitió comprobar si los 400 km de autonomía prometidos son fáciles de conseguir, aunque el porcentaje de batería consumido durante la prueba era proporcional al rango recorrido.
En Estados Unidos, donde realizamos la prueba, el ID.4 incluye 3 años de carga gratuita en las instalaciones de Electrify America, la red de carga más grande del país. En puntos de 125 kW puede recuperar del 5 al 80% en sólo 38 minutos, una cifra que aún no se puede comparar con los 5 minutos que toma repostar en una gasolinera, pero que sí demuestra el progreso en los tiempos de carga de los autos eléctricos en sólo unos años.
El Volkswagen ID.4 llegará a México en 2023
Volkswagen aún no tiene definido con precisión cuándo comenzará a vender el ID.4 en México. Primero debe comenzar la producción de este modelo en Estados Unidos —actualmente se importa a la región desde Alemania. Una vez que la fábrica de Tennessee comience a fabricarlo —a mediados de 2022—, la marca podrá hablar con más certeza de su lanzamiento en nuestro país.
Lo que Volkswagen tiene claro es que sí estará a la venta en México, y ya se encuentra trabajando en ello; incluso hay un ID.4 en la fábrica de Puebla para fines de homologación. Si todo sale como la marca lo planea, estará en nuestras calles a finales de 2023, a un precio que aún no ha sido definido. El ID.4 AWD Pro S que probamos en EE. UU. tiene una etiqueta de 48,175 dólares (970,000 pesos al tipo de cambio actual), aunque la gama parte de 39,995 dólares (805,000 pesos) para el modelo de 201 hp, lo que nos da una idea del precio que podría tener al llegar a México.
