No hay duda de que la electrificación de la industria automotriz también ha abierto un nuevo mundo de posibilidades para los preparadores, permitiéndoles incorporar un gran rendimiento en coches que, en primer lugar, nunca fueron diseñados para equipar motores grandes y un gran ejemplo es este Vocho.
Aunque a simple vista parece un inofensivo escarabajo, lo cierto es que en sus entrañas esconde un tren motriz capaz de sonrojar a un superdeportivo moderno.
Fabricado por Knepper Bugs & More en Alemania, este Vocho fue encontrado originalmente en mal estado en un deshuesadero de California. Knepper lo compró y lo envió a casa, para luego comenzar el largo proceso de reconstrucción, eliminando el motor original por uno mucho más potente y más acorde con la época.
El motor que ahora impulsa al Vocho es el mismo que se encuentra en el eje trasero de un Tesla Model S, sin embargo, fue modificado para funcionar a un voltaje más alto, lo que aumenta la potencia a más de 600 caballos de fuerza y 700 Nm de torque, lo que significa que este coche tiene casi el triple de potencia que algunos hatchbacks deportivos modernos.
La fuerza se entrega mediante un conjunto de ejes de transmisión Porsche 930, mientras que la energía proviene de 17 módulos de batería de un Porsche Taycan. Es una auténtica bestia de Frankenstein de tecnología eléctrica de alta gama, integrada en un coche diseñado originalmente para alcanzar una potencia máxima de unos 50 caballos.
Según Knepper, el Vocho tarda sólo 2.9 segundos en alcanzar los 100 km/h, cifras de un auténtico superdeportivo. El nuevo Lamborghini Temerario, equipado con un motor híbrido V8 biturbo, logra el mismo sprint en 2.7 segundos, mientras que el más reciente Porsche 911 GT3 necesita 3.4 segundos, lo que significa que se irá reduciendo rápidamente en el retrovisor del Vocho.
Con una carga completa el auto puede recorrer unos 250 kilómetros, pero si sacas su lado más salvaje la autonomía se reduce a casi 100 kilómetros. Para ayudarle a enfrentar el enorme incremento de rendimiento, gran parte de la suspensión y los frenos se tomaron de los Porsche 944.
También se instalaron varias piezas de KW y Bilstein, para garantizar que este Volkswagen pueda soportar toda su potencia adicional, todo calzado sobre un juego de rines Porsche clásicos.
La reducción de la altura de la carrocería le confiere una presencia más agresiva en la carretera. Hay un pequeño alerón de fibra de carbono, pero nada más que sugiera que este Bug tiene tanta potencia como un Lamborghini Huracan.
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