
Para nadie es un secreto que a muchos entusiastas de los coches les encanta modificar y personalizar sus vehículos, aunque hay que decirlo, no todos lo hacen bien y en el camino se han quedado muchos proyectos que fracasaron, sin embargo, dentro de los que salieron bien hay una joya única, un proyecto donde la visión y la experiencia se unieron en perfecta armonía, con un resultado sin precedentes.
Se trata del proyecto Uno, un Volkswagen Beetle de 1967, mejor conocido en nuestro país como Vocho, que tomó como base un Porsche Boxter de 1997, con lo que su estética clásica se combina con una dinámica de conducción moderna. “Siempre tuve debilidad por los escarabajos, pero odiaba su conducción, así que construí este”, declaró el constructor, Linden Lee.
El Boxster resultó ser la base perfecta, ya que la distancia entre ejes y el piso eran lo suficientemente parecidos como para que Lee no tuviera que modificar drásticamente la forma del Vocho para que encajara.
La carrocería es completamente de acero, en lugar de fibra de vidrio u otro material compuesto. También le colocó un techo convertible, ventanas traseras abatibles, tomas de aire del motor personalizadas y un escape a medida.
La suspensión incluye amortiguadores tipo coilover y puntales, mientras que los rines de 19 pulgadas se ubican en cada esquina, montados con neumáticos 305 en la parte trasera. Un alerón trasero tipo cola de pato modificado, proveniente de un Toyota Supra, luce la marca Porsche, al igual que el faldón inferior.
Estas características realmente demuestran lo que hace que esta construcción sea tan excepcional. Los componentes Porsche más modernos siguen funcionando, como el ABS, el control de crucero, la dirección asistida, los asientos eléctricos y los indicadores.
Aunque el constructor no tiene cifras de dinamómetro actualizadas, el Boxster de 1997 venía originalmente con 201 caballos de fuerza y 181 libras-pie de torque, algo que, para un auto como este, es más que suficiente.
Lee está vendiendo su creación por 31,000 dólares, una cantidad por la que se obtiene un coche con el encanto atemporal de un Vocho, pero con un rendimiento moderno que realmente funciona. No arrasará en ninguna carrera de aceleración, pero sin duda llamará la atención más que un coche de proyecto típico.
Imágenes: Linden Lee