Comparativa: KIA Seltos vs. Mazda CX-30. Dos SUV con ánimo de superventas (+ video)

Hace 10 años sólo había tres tamaños de SUV: compactos, medianos y grandes. Su éxito a lo largo de la década abrió paso a todo tipo de combinaciones, algunas extrañas y otras más sensatas. Hoy nos traen aquí los Mazda CX-30 y KIA Seltos, un par de SUV de talla subcompacta y alma de compacto. ¿Cuál es mejor?

Ambos modelos recién se estrenaron en México y tienen el objetivo fijo en clientes que buscan un SUV pequeño que no escatime ni en lujo ni en desempeño. A la contienda asistieron las versiones más equipadas, el KIA Seltos GT Line ($425,900) y el Mazda CX-30 i Grand Touring ($457,900). Para hacerlo más parejo, también analizamos al CX-30 i Sport ($427,900) con precio más cercano a Seltos.

Dos estilos muy distintos de SUV

Las marcas de autos saben bien que para enganchar a un cliente, lo primero es enamorarlo con la vista. Muy a su manera, cada uno de estos SUV se viste con detalles particulares. Seltos se ve "muy camioneta", con las formas cuadradas tradicionales y rasgos toscos. El GT Line va decorado con detalles rojos de intención deportiva, carrocería bitono y una llamativa línea de LED que va de los faros hacia el centro de la parrilla.

Mazda sigue una corriente totalmente opuesta, un estilo minimalista y de proporciones mucho más atléticas. El frente es largo, el techo es bajo y la trasera opta por calaveras estilo turbina con una luz de LED bastante llamativa. Aquí, quizá, lo más espectacular es esta pintura roja que logra sombras y alto brillo con mucha gracia.

Hablemos de calidad y espacio

Demos el salto a la cabina. El KIA Seltos es más discreto que el CX-30, aunque no hace de lado detalles extrovertidos como el singular diseño de las bocinas o la iluminación ambiental que destella en distintos colores. De su interior, lo que más llama la atención es la pantalla de 10.25" —frente a la de 8" de Mazda— con una interfaz sencilla e intuitiva. Tanto Seltos como CX-30 son compatibles con Android Auto y Apple CarPlay.

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El gran punto a mejorar en Seltos es la selección de materiales: la mayoría son rígidos. La única pieza suave es una que recubre el tablero del lado del copiloto. No se siente tan refinado como el Mazda, desde el tacto de algunas perillas, hasta la ausencia de espejo en la visera del conductor o que sólo hay un vidrio eléctrico de un toque.

Y es que la más reciente ola de modelos de Mazda justamente brilla por sus interiores. La percepción de calidad a bordo del CX-30 se nota muy por encima de la propuesta de KIA. Tenemos superficies acolchadas por doquier, una rica combinación de materiales y texturas, e incluso tapicería bitono. Lo único que se echa de menos es iluminación ambiental.

La disposición de los mandos en CX-30 me parece muy interesante. La pantalla es más chica y no es táctil, pero se desvía menos la mirada del frente y se opera con facilidad desde una perilla central. También hay un head-up display que proyecta en el parabrisas la velocidad y el aviso de autos en el punto ciego.

Al hablar de espacio, Seltos le da la vuelta al CX-30 fácilmente. Aun con una distancia entre ejes menor, el coreano aprovecha mucho mejor el espacio. Hay buen lugar para pies, cabeza y piernas, incluso para pasajeros altos. En CX-30 el espacio para piernas y cabeza es reducido, y el tamaño de las ventanas tampoco favorece a la sensación de amplitud. Su plaza central puede ser incómoda si el descansabrazos delantero está recorrido hacia atrás; obstruye las rodillas del quinto pasajero.

Hablemos de equipamiento

Hablemos de equipamiento. Tanto en el KIA Seltos GT Line como en el Mazda CX-30 i GT tendremos llave inteligente, faros de LED, sensor de luz, espejo retrovisor electrocromático, tapicería en piel, cámara de reversa, cuadro de instrumentos con pantalla a color, sensor de reversa y asiento del conductor con ajuste eléctrico.

El KIA Seltos incluye algunos elementos que no están disponibles en CX-30, como espejos abatibles eléctricamente, iluminación ambiental, asientos con ventilación, cargador inalámbrico para teléfonos y compatibilidad con MyKIA+ para encender A/C, motor o puertas desde el teléfono.

El CX-30 vuelca la balanza en su favor con freno de estacionamiento eléctrico con función auto hold para no andar pisando el pedal del freno en los semáforos, faros con alumbrado en curva que se mueven con el volante, monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, bolsa de aire de rodilla, climatizador de dos zonas, memorias para asientos y espejos, y un sistema de sonido firmado por Bose con el doble de bocinas y una calidad que, me atrevo a decir, es la mejor de la categoría.

Hay que considerar que la versión i GT del CX-30 es $32,000 más cara que Seltos. Si tomamos la versión i Sport de acceso, el CX-30 es sólo $2,000 más costoso que su rival coreano y mantiene casi todo su equipo, excepto los faros dirigibles, el monitor de punto ciego, la tapicería en piel, el sonido Bose y —¿por qué, Mazda?— la cámara de reversa.

Al volante, ¿cuál va mejor?

Al oprimir el botón de encendido surgen las diferencias más importantes. Seltos se entiende mucho mejor que el CX-30 con pavimento irregular gracias a una suspensión más suave, llantas de perfil más alto y una pulgada menos de rines. Los baches se sienten más en el CX-30 debido a una suspensión más firme, aunque con asfalto regular cabecea menos que Seltos y también se percibe menos saltón.

Si te gusta conducir, el CX-30 te va a gustar más. La dirección se nota más ligera, precisa y rápida que Seltos; el chasís en general transmite una mayor conexión con el vehículo. La dirección de KIA se siente muy asistida y en movimientos bruscos se endurece más de la cuenta. Transmite confianza, pero no la chispa de Mazda.

Mecánicamente son bien distintos. El KIA Seltos GT Line apuesta por un motor turbo de 1.4 litros, capaz de generar 138 hp y 179 lb-pie. En arranques, el CX-30 es más rápido por el retraso en la entrada del turbo de Seltos, pero una vez que entra en acción, Seltos se siente más vivaz por la abundancia de par y una transmisión rápida que sabe aprovecharlo.

El motor del Mazda CX-30 es atmosférico de 2.5 litros y desarrolla 189 hp y 186 lb-pie. La diferencia respecto a Seltos es mucha y seguramente al nivel del mar será evidente, pero a la altitud de Ciudad de México, donde los motores sin turbo pierden el 25% de su poder, CX-30 se comporta muy similar a Seltos. El poder se desarrolla de forma muy lineal y la transmisión realiza los cambios con suavidad, aunque es menos reactiva que la de doble embrague de Seltos.

En lo que respecta a consumo, obtuvimos un rendimiento muy similar. A pesar de llevar un motor más pequeño, el KIA Seltos nos reportó un consumo promedio de 9.5 km/l en ciudad, mientras el Mazda CX-30 obtuvo 9.0 km/l.

Dos SUV con potencial de superventas

Seltos llegó con su cliente objetivo muy claro: gente a la que le gustan los SUV por sus características esenciales: mucho espacio interior, buena altura respecto al piso y un diseño robusto. Quienes busquen eso, la esencia de un SUV, encontrarán en Seltos una opción más atractiva que en Mazda.

Al otro extremo tenemos a los que quizás prefieran sacrificar algo de espacio por una experiencia mucho más refinada en todo el sentido de la palabra, con un manejo más sedoso, más equipamiento y también un interior que tiene mucho sabor a coche caro. Si es así, el CX-30 lleva la delantera.

Nosotros nombramos al Mazda CX-30 como ganador de esta comparativa. Seltos es más práctico y también más barato, pero su rival japonés brilla en todo lo demás. Si igualamos las circunstancias de precios, la versión i Sport del Mazda CX-30 mantiene sus valores de diversión y alto refinamiento a costa de algo de equipamiento que —salvo por la cámara de reversa— es prescindible.

Puntuación de KIA Seltos

Puntuación de Mazda CX-30

Fichas técnicas

' Cifra anunciada por el fabricante