Así las cosas. Volkswagen pondrá el punto final a la producción de vehículos de su planta de Dresde, en Alemania, para convertirla en un campus de investigación de IA y chips. De esta manera, las instalaciones serán arrendadas a la Universidad Técnica de Dresde, para la creación de un campus de investigación, centrado en el desarrollo de inteligencia artificial, robótica y semiconductores.
Tanto la universidad como Volkswagen se comprometieron a invertir de manera conjunta 50 millones de euros en el proyecto, durante los próximos siete años.
La decisión se tomó debido al contexto actual de la industria, en el que hay una presión creciente sobre la liquidez del fabricante, que deriva de varios factores. Por un parte está la debilidad de las ventas en China y por otra la menor demanda que existe en el mercado europeo,sin olvidar el impacto de los aranceles estadounidenses sobre sus ventas en Norteamérica.
Debido a esta situación, la compañía revisó la asignación de su presupuesto de inversión. Originalmente se manejaba un total de 180,000 millones de euros entre 2023 y 2027, pero fue necesario ajustarlo a la baja, quedándose en 160,000 millones de euros, para los próximos cinco años.
En octubre pasado, el director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz, señaló que el flujo de caja neto previsto para 2025, que inicialmente se pronosticaba que fuera cercano a cero, podría resultar ligeramente positivo.
A pesar de ello, los analistas consideran que la presión financiera sobre el grupo continuará, como afirma Stephen Reitman, analista de Bernstein: “Existe claramente tensión sobre el flujo de caja en 2026”.
Como consecuencia, el grupo está buscando fórmulas para reducir costos y mejorar la rentabilidad operativa. Además, el analista señala que a los desafíos generalizados que ya enfrenta Volkswagen se suman los previsibles cambios en la normativa europea, que supondrán una mayor longevidad para los motores de combustión, ya que podrían seguir vendiéndose más allá de 2035, lo que obliga a realizar nuevas inversiones, para mejorar la tecnología de los motores de gasolina.
Por otro lado, esta medida supone un pequeño avance para Volkswagen en sus planes de reducir la capacidad en Alemania. Los cambios forman parte de un acuerdo alcanzado con los sindicatos el año pasado que también supondrá la eliminación de 35,000 puestos de trabajo en la marca VW en Alemania.
El director de marca, Thomas Schäfer, declaró este mes que la decisión de detener la producción en la planta de Dresde no se había tomado "a la ligera", sino que "desde una perspectiva económica era esencial".
Ver 0 comentarios