La industria automotriz está hecha de tradiciones y entre ellas hay algunas que se han mantenido inquebrantables ante el paso del tiempo, tal es el caso de Porsche, que, a 70 años de su nacimiento en Alemania, mantiene viva la tradición de entregar los autos en su planta de producción.
Esta tradición comenzó, como es lógico imaginar, con el primer cliente de la marca, en mayo de 1950, cuando Ottomar Domnick, un especialista en neurología y psiquiatría recibió del mismo Ferdinand Porsche su Porsche 356 de color plata en las puertas de la fábrica de Stuttgart-Zuffenhausen, iniciando una tradición que perduraría por las siguientes 7 décadas.
Aquella entrega fue una ceremonia sumamente especial, donde antes de irse a casa con su nuevo deportivo, Ottomar entró al asiento del pasajero junto al piloto Herbert Linge, quien lo invitó a realizar una última prueba de pista a bordo del vehículo, para después volver y degustar una deliciosa copa de champaña junto a Ferdinand Porsche.
Posteriormente, Herbert comentó:
“Ferdinand solía pasear muy a menudo por el taller acompañado por importantes invitados, pero siempre se detenía a saludarnos mientras sus invitados lo esperaban pacientemente, es algo que nunca olvidaré” recordando aquellos días en que el genio de la mecánica emprendía el sueño de su marca tras su regreso de Austria.
Lo más curioso de aquella historia del primer auto vendido por Porsche es que la firma alemana no contaba aún con ningún distribuidor autorizado, por lo que la venta del vehículo se firmó con la ayuda de Volkswagen Bestellung, utilizando una de sus formas de venta, en la cual se tachó con tinta el nombre de Volkswagen y se escribió a mano “Porsche Sport”.
Actualmente esta tradición está más viva que nunca y es que, tan solo el año pasado, al menos 2,500 propietarios pasaron por la fábrica de Stuttgart-Zuffenhausen y otros 3,000 recibieron sus autos en la planta de Leipzig. Por supuesto que esta no es la única forma en la cual la firma entrega los coches, como todos sabemos, Porsche cuenta con cientos de puntos de venta alrededor del mundo, pero, si vives en Alemania o cerca de ahí, igual puedes optar por esta forma de entrega, más tradicional, digamos.
Además de recibir tu auto en la planta con una ceremonia muy especial, esta tradición incluye un recorrido por la planta de armado y en Stuttgart también se programa un recorrido por el museo de Porsche y un paseo por la línea de ensamblaje del Porsche 911, mientras que en Leipzig la entrega en planta incluye el recorrido por las líneas de armado del Macan y el Panamera, así como una tarde de pruebas en la pista que se ubica en la planta y que, por cierto, esta homologada por FIA.
Cabe destacar que hace algunas semanas, Florian Böhme pasó a la historia de la marca germana al convertirse en el primer propietario de un auto Porsche Taycan y obviamente recogió su vehículo en la fábrica. Como dato curioso, Florian tiene 43 años, la misma edad que tenía Ottomar cuando recibió su Porsche 356 en 1950.
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