Han transcurrido casi 25 años desde que BMW lanzó la reinterpretación moderna del Mini, un hatchback que ha logrado sobrevivir a un sinfín de cambios en la industria automotriz e incluso a la desaparición de un puñado de rivales directos que tenían un diseño con estilo y un manejo más entusiasta. Afortunadamente el ahora llamado MINI Cooper (antes Cooper era una versión, ahora es el nombre del modelo y MINI es la marca) llega a su cuarta generación manteniendo estas cualidades como parte de su propuesta y la pregunta no es si es una buena compra, la verdadera cuestión es ¿aún vale la pena? Para responderlo tuvimos a prueba el mejorado MINI Cooper SE, sí, el eléctrico.
Como fanático de los hatchback, debo confesar que la primera vez que vi las imágenes de esta nueva generación del MINI Cooper no me dejaron un buen sabor de boca, sin embargo, una vez que lo vi en persona me cambió la idea que tenía del auto, pero hasta la fecha no puedo decidir si el coche no es tan fotogénico o si es un gusto adquirido… o tal vez un poco de las dos.

Un MINI Cooper que se ve como MINI Cooper
Lo que sí debo de reconocer, e incluso agradezco, es el hecho de que se mantiene fiel a la esencia y diseño del modelo original, aunque ya no es tan mini, como ocurre con cada cambio generacional. Además, este MINI Cooper tiene versiones a gasolina y eléctrica, y ambas comparten imagen, de hecho se necesitaría tener una lupa y a las dos variantes juntas para poder distinguir las diferencias.
El frente mantiene los faros redondos, que ahora lucen una firma lumínica de tres elementos, que se enciende automáticamente cada vez que te acercas al vehículo. También destaca el elemento horizontal al color de la carrocería (como en el de gasolina), con una toma de refrigeración en la parte baja y una delgada parrilla cerrada, con una S en color amarillo del lado derecho; esta sería la primera distinción, pues en el equivalente de gasolina la parrilla es abierta y la S luce un acabado rojo.

En su momento, para mí el aspecto de la zaga fue lo más shockeante de la cuarta generación, pero ahora me parece lo más atractivo de este MINI Cooper. Desaparecieron las luces de forma rectangular y en su lugar recibió unas luces LED que se asemejan a un triangulo escaleno, unidas por una barra en negro brillante, donde aparece el nombre del modelo: Cooper S (aunque realmente es un Cooper SE por ser eléctrico). Si el propietario lo desea, las luces traseras pueden lucir la Union Jack —como otros MINI—, pero si no quiere, desde la pantalla puede personalizar el aspecto de la firma lumínica trasera, teniendo tres opciones a su elección (gran detalle).

Al observarlo de costado se reconoce inmediatamente como un MINI, con ambos ejes casi rozando los extremos del auto. A lo largo mide 3,858 mm, tiene un ancho de 1,967 mm (con espejos), una altura de 1,460 mm y la distancia entre ejes es de 2,526 mm. Por fortuna las ruedas son de 18 pulgadas, luciendo bien proporcionadas respecto al resto del vehículo y además de que mantienen el buen manejo, reducen el estrés que provoca el pésimo estado de las calles y avenidas de la CDMX; las llantas del MINI Cooper son run flat y con un rin 19 sería más grande la preocupación de romper el neumático por culpa de un bache.

El interior es MINImalista
Al abrir la puerta del MINI Cooper SE te llevas una sorpresa y lo digo de manera literal, porque todas y cada una de las veces que abrí, el auto emitió un ruido de ¿bienvenida? Es difícil explicar, pero es un sonido muy particular que dura 1 segundo y supongo que es un saludo por parte del auto, pero en realidad se siente como si tú espantaras al coche y por eso se le escapó el sonido. Definitivamente es de las mayores rarezas con las que me he encontrado en un automóvil y peor tantito, no encontré la manera de desactivarla; podré sonar anticuado, pero no me gustó para nada.
8,8
A favor
- Mantiene el diseño y esencia de lo que es un Mini.
- Manejo sumamente divertido.
- La autonomía mejoró considerablemente.
En contra
- Los acabados y materiales de la anterior generación se percibían con mejor calidad .
- El sistema emite muchos más sonidos "modernos" de lo que uno quisiera.
- La cajuela es un accesorio más.
Superando esa nimiedad, te recibe un interior muy limpio y moderno, que deja ver su enfoque de automóvil “accesible”, ya que son escasas las superficies con materiales suaves y prácticamente todo el tablero y los paneles de las puertas están forrados con tela, que si bien es un trabajo de buena calidad, es una solución para ahorrar costos. El resto del material es plástico duro expuesto, algunas zonas con superficies que son agradables a la vista, pero plástico duro a fin de cuentas.

Frente al conductor aparece el volante de nueva generación y detrás de él no hay nada, porque en esta generación del MINI Cooper toda la información se brinda a través de la pantalla central, que tiene tecnología OLED y un diseño circular. La superficie es de 440 cm2 y una vez que te acostumbras a su uso se vuelve muy práctica.
La velocidad del auto, autonomía/carga de batería, estado de las luces, climatizador, modo de manejo seleccionado, e información multimedia se proyectan al mismo tiempo en la pantalla. Puede ser abrumador al inicio, pero cada apartado tiene su propio espacio y con la excelente definición todo se puede leer correctamente, por ejemplo, Apple CarPlay se proyecta únicamente en un área de la pantalla, no en todo el display, como ocurre normalmente.

Debajo de la pantalla del MINI Cooper SE hay una consola con los únicos controles físicos del auto, al igual que en la generación pasada, aunque ahora tiene menos funciones. Un botón sirve para encender/apagar el auto, otro es la “palanca de velocidades”, otro más modifica los modos de manejo y el último es una perilla para el volumen del sistema de audio, que por cierto es un Harman Kardon con 12 bocinas, al que no se le puede reprochar nada. Más abajo están las intermitentes y un par de botones para asistencias y para el climatizador. También hay iluminación ambiental, con colores que se modifican según el modo de manejo elegido y, cosa curiosa, baña de luz una parte del tablero, dándole una vista distinta a lo convencional.

A pesar de ser un MINI, el espacio para los pasajeros delanteros no es nada mini. Al frente es tan amplio que pude alojar a la perfección y con comodidad mi 1.94 de estatura y no batallé para encontrar una buena posición de manejo. Sin embargo, el espacio trasero es nulo para otros pasajeros y es mejor utilizarlo como un área auxiliar a la cajuela, que es realmente pequeña con apenas 211 litros, mismos que se reducen a la mitad si llevas el cargador casero.

¿Qué hay de la batería y diversión al volante?
No es necesario viajar con el cargador todo el tiempo, gracias a que el MINI Cooper SE tiene una batería de 54.2 kWh (49.2 kWh netos), que es más grande que la de 40.7 kWh que monta la versión de entrada (Cooper E). El tren motriz se beneficia de un sólo motor eléctrico en el eje delantero, que entrega el equivalente a 218 hp y 243 lb-pie.
Estos números son similares al MINI Cooper S de gasolina (204 hp y 221 lb-pie), por lo que el desempeño y experiencia de manejo es muy similar, aunque con el plus de la entrega de torque inmediato, que aunado a la excelente puesta a punto del chasis lo hace un auto sumamente divertido de manejar en cualquier momento.

Esta versión pesa 1,605 kg (320 kg más que el Cooper S a gasolina), pero eso no significa que se sienta lento, de hecho acelera hasta los 100 km/h en 6.7 segundos (es 0.1 seg más lento que su hermano) y el peso extra le da un aplomo sobresaliente, que se mezcla a la perfección con el Go-Kart Feeling que ha caracterizado a los MINI desde hace años. Aceleras tantito e inmediatamente se te dibuja una sonrisa en la cara, sin tener que exprimir al máximo el desempeño del auto.
Otro punto que se debe mencionar es la autonomía, ya que la marca promete 400 km (ciclo WLTP) con una carga, pero en la realidad el auto muestra un máximo de 380 km, que no están tan lejos del número oficial, pero pueden bajar rápidamente con el programa de manejo más radical, con el aire acondicionado encendido (como buen eléctrico) y si no limitas la diversión, aunque es difícil resistirte a la tentación de presionar el acelerador en todo momento. Sin embargo, esos 380 km son una gran mejora en comparación con el anterior MINI SE, cuya autonomía era muy baja. Por su parte, el cargador es un CCS Tipo 1, que combina el conector J1772 (Norteamérica) con opción de carga rápida.

En resumen, el MINI Cooper S es una excelente compra para quien quiere un automóvil con personalidad y estilo, sin importar que sacrifique toda la practicidad. La mejora del tren eléctrico lo hace un digno portador de la letra S, dejando a elección del comprador si quiere una motorización a gasolina o 100% eléctrica, pues la diversión ahora sí está garantizada en ambas.
Al menos en México no tiene un rival directo, ya que los hot hatch similares únicamente cuentan con motorización a gasolina, como el Toyota GR Yaris, aunque el MINI Cooper S tiene otro punto a favor: es más barato. Esta versión tiene un precio base de $799,000 pesos, pero el modelo con la batería más pequeña cuesta $699,000 pesos y el JCW asciende a $899,000 pesos.

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