El precio promedio de un coche nuevo es bastante elevado hoy en día en Estados Unidos. De acuerdo con datos de Cox Automotive muestran que superó los 50,000 dólares en septiembre.
Hace una década, esa cifra rondaba por debajo de los 30,000 dólares. Cabe destacar que los analistas creen que este cambio se debe a varios factores, incluyendo, pero no limitándose a, la regulación, la inflación, aranceles, acabados de gama alta y la introducción de más vehículos eléctricos.
Ante ello, por primera vez en casi veinte años, los CEO de Ford, General Motors y Stellantis podrían volver a compartir una mesa ante el Congreso de Estados Unidos. El Comité de Comercio del Senado solicitó que Jim Farley de Ford, Mary Barra de GM y Antonio Filosa de Stellantis testifiquen el próximo14 de enero en una audiencia respecto a la política federal de transporte y la asequibilidad de los vehículos.
La sesión también profundizará en la difícil transición hacia la electrificación, un tema que sigue dividiendo tanto a responsables políticos como a fabricantes de automóviles. El vicepresidente de Ingeniería de Vehículos de Tesla, Lars Moravy, fue invitado a unirse a la discusión, aportando una perspectiva eléctrica a la reunión.
El senador Ted Cruz, que lidera la audiencia, la tituló "Pedal a la política: las opiniones de la industria automotriz estadounidense sobre la próxima reautorización del transporte terrestre."
Basándose en los informes del Union-Bulletin, las sesiones analizarán los mandatos de economía de combustible y emisiones, aranceles, la política federal de vehículos eléctricos, la fijación de precios de vehículos nuevos y cómo los fabricantes planean afrontar la próxima década. Cruz presenta la reunión como un hecho de realidad largamente esperado sobre la asequibilidad.
"El precio medio de un coche se ha más que duplicado en la última década", declaró el senador Cruz, culpando a "las onerosas tecnologías impuestas por el gobierno y a las regulaciones medioambientales radicales."
Los republicanos argumentan que los cambios en las políticas, a principios de este año, incluyendo la derogación de los mandatos federales de vehículos eléctricos, son pasos hacia la reducción de precios. Sin embargo, Cruz argumenta que los legisladores deben ir más allá. Todo esto también está ocurriendo en un momento crítico de la industria automotriz estadounidense.
El debate llega en un momento crucial para el sector automotriz de la Unión Americana. El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá enfrenta una renovación o renegociación antes del 1 de julio. Si caduca, las consecuencias por sí solas podrían aumentar los costes de los vehículos, independientemente de cualquier nueva legislación.
Ver 0 comentarios