Cuando hablamos de vehículos eléctricos es inevitable compararlos con un smartphone al cual puedes cargar durante las noches y seguir utilizando en el día. Esta vez, lo haremos una vez más, pero refiriéndonos a las baterías en sí, las cuales hoy en día repararlas es relativamente fácil, pero según los pronósticos eso dejará de ser muy pronto.
Una de las preocupaciones que más acompleja a los interesados en un eléctrico es precisamente la vida útil de las baterías, ¿qué pasa si empiezan a tener problemas? ¿se pueden reparar? Y la respuesta en su mayoría es si, claro que depende del problema, pero en resumen sí; se desmontan, se extraen las celdas dañadas o deterioradas y se reemplazan.
Ahora bien, en un futuro no muy lejano sucederá lo que sucede con los iPhone, o por lo menos con los modelos de Tesla, que ya están implementando baterías de mayor densidad como los recientes Model Y, lo que significa que está siendo prácticamente imposible de repararlas según especialistas de Munro Associates.
La empresa que lo descubrió se especializa en desarmar vehículos eléctricos y sus componentes, llegando a la conclusión que después de dos días de intento, no lograron acceder a las celdas de la nueva batería de Tesla.
Al intentarlo, comentaron que la principal problemática con la que se encontraron fue despegar la cubierta metálica de la batería, misma que sufrió daños al hacerlo. Después, las celdas estaban selladas con una especie de poliuretano.
Según los analistas, este recubrimiento tiene funciones importantes como añadir rigidez y garantizar el equilibrio térmico, sin embargo, también obliga a los propietarios a prácticamente tener que reemplazar su batería por una nueva en caso de que se dañe una de las celdas.
Finalmente, con esto se llega a la conclusión de que Tesla una vez más está apuntando al sector tecnológico más allá de la automotriz que como ya lo mencionamos sucede con Apple y sus productos, en su mayoría es más fácil y “económico” adquirir un modelo nuevo que intentar reemplazar el descompuesto.
