Luego de que el gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, diera a conocer las nuevas medidas para proteger a su industria automotriz de los vehículos eléctricos procedentes de China, que implicó cuadruplicar los aranceles de importación de estos productos, pasando del 25 hasta el 100 por ciento, varios líderes de otros grupos automotrices europeos se mostraron contrarios a estas medidas.
Durante la presentación de las cifras trimestrales de la compañía, Oliver Zipse, director ejecutivo de BMW, aprovechó para señalar que poner aranceles a los coches chinos no es buena idea en absoluto. "Esto muestra muy claramente lo rápido que puedes dispararte en el pie. Los aranceles son funciones protectoras oscuras que esencialmente nos dañan a nosotros mismos", comentó el directivo.
Agregó que las marcas de coches chinos tienen actualmente una cuota de mercado en Europa de menos del uno por ciento y no cree que vayan a ganar fácilmente una cuota de mercado preocupante. De hecho, hace unas semanas, Zipse argumentó que los temores por parte de algunos fabricantes europeos eran "exagerados".
En ese tenor, el consejero delegado de Mercedes-Benz, Ola Kaellenius, mostró su oposición a las restricciones al comercio con China. De acuerdo con Reuters, el directivo señaló que "estamos monitoreando de cerca las posibles medidas de política comercial contra China y su impacto en las cadenas de suministro y los mercados de ventas". Añadió que China sigue siendo el mercado más importante del grupo.
Por su parte, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, declaró que "la oferta de coches chinos en el mercado norteamericano es muy limitada", razón por la que algunas marcas ni siquiera han entrado en ese juego, como ocurre con las que conforman Stellantis, y agregó que los derechos de importación, que se van a aplicar en Estados Unidos, no son la solución al “problema” a largo plazo.
Tavares también refirió a lo proteccionista que es la medida estadounidense, mientras que Europa mantiene su arancel a los fabricantes chinos por debajo del 10%, lo que se traduce que el mercado del Viejo Continente se mantiene abierto a la llegada de compañías extranjeras.
La otra cara de la moneda muestra que no todos los fabricantes de automóviles europeos están de acuerdo. En una carta reciente enviada a los votantes europeos, el CEO de Renault, Luca de Meo, escribió que el continente debería apoyar a su sector automotriz y propuso que los fabricantes de automóviles unan sus recursos y trabajen juntos para enfrentarse a la industria automotriz de China.