La electrificación de la industria automotriz es un hecho confirmado, podemos verlo en prácticamente todos los mercados del mundo. Aunque hay marcas que están dispuestas a despedirse de los combustibles fósiles, hay otras como Audi que afirman que seguirán apostando por la gasolina e incluso por el diésel.
Si bien es cierto que en mercados como el europeo o el chino los vehículos eléctricos son cada vez más comunes, en otras latitudes del mundo como México, y otras economías emergentes, permitirse adquirir un auto de estas características es todavía algo muy difícil, por lo que la industria se está dividiendo en dos bandos, los que quieren abandonar los combustibles fósiles, y los que seguirán innovando en ese rubro hasta que los autos eléctricos estén al alcance de todos los automovilistas.
En este último sitio se encuentra Audi, una empresa que contrario a sus rivales como Volvo-Polestar y Mercedes-Benz, ha declarado en reiteradas ocasiones que, a la par de su desarrollo de tecnologías de electrificación seguirá innovando también en sus motores de combustión interna, apostando por configuraciones más eficientes e incluso por combustibles sintéticos como el etanol, el e-diésel o el diésel azul.
De acuerdo con lo declarado por la firma germana, sus planes son continuar avanzando con la tendencia paulatina de hibridación y electrificación en sus motores, sin embargo, ellos no ven una fecha de caducidad en los motores de combustión interna y han declarado que no lo verán mientras la legislación de emisiones contaminantes les permita crear motores térmicos que cumplan con sus requisitos.
Es por esta razón que, por ahora, Audi mantendrá con vida a los motores de gasolina y diésel, al tiempo que sus ingenieros seguirán trabajando en nuevas técnicas que les permitan hacer eficientes a estos vehículos, reduciendo al máximo las emisiones contaminantes y creando conjuntos potentes de bajo cilindraje, que mantengan viva la llama de la conducción tradicional.
De acuerdo con la información dada a conocer por Automotive News, esta medida es tomada por muchos como algo sensato, y es que, si bien se reconoce la necesidad de eliminar las emisiones contaminantes, también estamos conscientes de que en el mercado actual existe un gran número de compradores potenciales que por el momento no pueden acceder a un vehículo eléctrico debido principalmente a su costo, además de la falta de infraestructura para ellos a nivel mundial, por lo que el proceso de transición hacia la movilidad 100% eléctrica y libre de emisiones tomará bastantes años más.
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