
Todo eran risas en el departamento automotriz de Xiaomi hasta que el primer accidente mortal a bordo de un SU7 ocurrió. Luego vinieron las revisiones de autoridades chinas. Más tarde, la primera demanda colectiva contra la empresa por publicidad engañosa sobre otro de sus autos. ¿Va Xiaomi en camino de convertirse (para mal) en la nueva Tesla?
El Xiaomi SU7 irrumpió con fuerza en el mercado automotriz chino, superando incluso al Tesla Model 3 en ventas mensuales. Pero tras un ascenso meteórico, la compañía tecnológica enfrenta una crisis que amenaza su incipiente división automotriz. En abril, los pedidos del SU7 cayeron 55 % respecto a marzo, según Reuters, y la tendencia se ha mantenido en mayo, con solo 13,500 pedidos en las primeras dos semanas.
Esta caída se atribuye, en parte, a un accidente fatal ocurrido este abril en el que murieron tres personas. El vehículo, con el sistema de conducción semiautónoma activado, se estrelló contra una barrera a casi 100 km/h y se incendió. Aunque Xiaomi aseguró que la unidad tenía el sistema más básico, el suceso desató el escrutinio de las autoridades sobre la seguridad de su tecnología, similar al Autopilot de Tesla.
El golpe a la reputación de la marca no terminó ahí. Xiaomi Auto enfrenta su primera demanda colectiva por publicidad engañosa. Usuarios del SU7 Ultra, una versión más potente de la berlina eléctrica, denunciaron que tras adquirir vehículos anunciados con 1,548 hp, recibieron modelos limitados a 900 hp por razones de seguridad. Xiaomi intentó mitigar el enojo con una actualización OTA, pero más de 400 compradores solicitaron reembolsos.
Marketing mañoso
Otro punto de conflicto ha sido el cofre aerodinámico opcional, promocionado por 42,000 yuanes (aproximadamente 113,000 pesos) como una mejora de rendimiento. Pero resultó ser meramente decorativo. Esta situación aumentó la molestia entre los consumidores, y también elevó el número de afectados y demandas legales.
Además, Xiaomi ha generado confusión sobre los tiempos de entrega, al anunciar plazos de hasta 11 meses y luego entregar autos mucho antes. Algunos analistas ven en esto una estrategia de marketing para simular escasez.
Lei Jun, CEO de Xiaomi, reconoció que abril fue el mes más difícil desde la fundación de la compañía. Y es que una cosa es triunfar como marca de smartphones y otra muy distinta hacer las cosas bien en el mundo automotriz, donde los autos llevan la vida de sus pasajeros a bordo. Analistas de la consultora LandRoads ya advirtieron que las tácticas agresivas de marketing útiles para vender teléfonos no aplican igual en la industria automotriz.
“Un coche no es un producto digital. Requiere mayor inversión, análisis y confianza por parte del consumidor”, señalaron.
Xiaomi aún supera en ventas a Tesla en China, pero en cuestión de semanas ha visto empañada su credibilidad. Del desenlace de esta historia dependerá si su incursión en el mercado automotriz continúa su ascenso meteórico o si estamos ante el auge y caída de una aventura que no salió como esperaban.