De acuerdo con Automotive News, John Lawler, vicepresidente de Ford, señaló que “antes, el motor de combustión definía lo que era un vehículo: la potencia, la cilindrada, el torque y todo lo demás. Creo que gran parte de eso ha desaparecido”.
Hubo una época en la que la elección de un coche estaba determinada en gran medida por el motor. No era una simple cuestión de especificaciones técnicas o normas anticontaminación, sino un acto casi existencial, pues el corazón mecánico del coche definía la identidad del mismo, pero ahora, todo apunta a que hoy en día ya no es el caso.
Para el vicepresidente de Ford, el mercado ya no valora las características específicas del motor de combustión que puede ofrecer un fabricante de coche. “No creo que los consumidores realmente piensen en las motorizaciones como lo hacían hace 30 años”, agregó.
La solución, señala el vicepresidente de Ford, es que, ante una pérdida de interés por parte del consumidor, lo más inteligente es incrementar la subcontratación de esta industria y, por lo tanto, delegar a otras compañías el desarrollo de la mecánica.
El pronóstico de Lawlyer apunta a que ahorrar dinero en el desarrollo de motores supone dedicar más recursos económicos a otros aspectos del auto, un cambio de estrategia que es imprescindible para enfrentarse al gran rival que las compañías de coches occidentales tienen frente a ellos: China.
“Tenemos que ser competitivos con ellos, no sólo en la velocidad de desarrollo, la capacidad de software, la arquitectura eléctrica, sino también en la capacidad global de electrificación”, declaró Lawlyer.
De hecho, el propio Jim Farley, CEO de la firma del óvalo azul, declaró hace unos meses que los coches chinos eran una "amenaza existencial" para las compañías occidentales. Nada nuevo bajo el sol, pero lo que sí sorprendió fue que trajera un Xiaomi SU7 y no quisiera deshacerse de él.
Encontrar de nuevo lo que atrae al público es el gran reto y ahí parece que China lleva la delantera conjugando electrificación, nuevas experiencias y precios bajos.
