Mientras lees esto, bloques de hormigón y acero de 73,500 toneladas están siendo construidos para ser sumergidos en el fondo del mar. En unos años, formarán las piezas de un nuevo túnel ferroviario y carretero submarino de 18 kilómetros que unirá la isla alemana de Ferhmarn con el sur de Dinamarca.
Se trata del túnel Fehmarnbelt, o Fehmarn Belt, que espera su finalización en 2029. La construcción de este megaproyecto tiene un presupuesto estimado de 7 mil millones de dólares para crear un enlace entre ambos segmentos de Europa.
“El Fehmarnbelt eliminará un cuello de botella, reducirá el tiempo de viaje y fortalecerá los lazos entre Escandinavia y Europa Central”, dice el sitio web del proyecto.
La construcción del túnel comenzó a inicios de 2021, y tres años después ya están casi terminados los puertos de los dos extremos. Pero no será un túnel excavado en el lecho marino, sino sumergido: el tren estará compuesto de 89 módulos de hormigón y acero, soldados herméticamente uno con otro. Cada módulo mide 217 metros de largo y 42 metros de ancho, y hace unos se completó el primero. El siguiente paso será sumergirlos en el mar.
La odisea de sumergir un túnel en el fondo del mar
La obra del Fehmarn Belt es tan grande que requirió montar su propia fábrica y edificios habitacionales para más de 1,300 trabajadores involucrados en el proyecto. Se conoce como el Tunnel Town y fue instalado por el gobierno de Dinamarca a las afueras de Rødbyhavn, el pueblo costero que será uno de los puntos de entrada al túnel. Ahí operan seis líneas de producción: cinco para construir los módulos gigantescos que formarán el túnel y una más una adicional para elementos adicionales.
La etapa actual del proyecto ya avanzó hacia comenzar a sumergir los módulos. Serán remolcados por enormes cargueros por mar, y una vez posicionados, se sumergirán en el fondo del océano con precisión milimétrica para engancharse entre sí. Una armada de robots submarinos será encargada de soldar las piezas metálicas antes de que los módulos puedan drenarse para continuar con el trabajo de obra e instalación.
Existen túneles submarinos más largos. Está el Túnel Seikan de Japón, de 54 km (y 23 kilómetros bajo el mar), y el Eurotúnel (50.45 km) que cruza el Canal de la Mancha en tren a 50 metros bajo el mar. Pero aunque estos proyectos fueron excavados, el Fehmarn será sumergido. Además, será de uso mixto, tanto para vehículos como para trenes eléctricos de pasajeros y carga.
Según el gobierno de Dinamarca, cuando el túnel esté operativo, viajar de extremo a extremo (de Rødbyhavn a Puttgarden) tomará solo 10 minutos por auto y siete por tren.
La principal ventaja del túnel, una vez que sea inaugurado, será solucionar el desafío que supone a Suecia y Alemania intercambiar mercancías en la actualidad. Ambos países son socios comerciales, pero Dinamarca supone un rodeo de 150 kilómetros. El túnel ofrecerá una vía directa entre los países de la región, y también conectará a la zona con las Redes Transeuropeas de Transporte, una serie de conexiones terrestres de gran importancia para la Unión Europea.
Por eso, además de Francia y Dinamarca, en la construcción del túnel hay empresas de Bélgica, Francia, Países Bajos y España, aunque no han faltado los detractores. Por más de siete años, opositores ambientalistas trataron de impedir la construcción del túnel debido al impacto ambiental. Para colocar los módulos fue necesario dragar gran cantidad de suelo marino para emparejarlo.
Imágenes: Femern A/S