La era eléctrica está acabando poco a poco con los motores a combustión, en parte apoyado por las cada vez más estrictas leyes de emisiones que tanto le hacen falta a nuestro planeta. Sin embargo, que esos motores desaparezcan no significa que los deportivos y las potencias descomunales estén perdidas. Justo lo anterior es lo que confirma y cuenta Tim Kuniskis, CEO de Dodge, al hablar del fin de los motores Hellcat.
En una entrevista para la CNBC Kuniskis, aseguró que los días de los motores V8 de 6.2 litros Hellcat están contados. Debido justamente a que las leyes cada vez hacen más difícil su supervivencia y las multas por no crear productos menos contaminantes son increíblemente altas.
Afortunadamente para Kuniskis, eso no significa que los días de productos con exceso de poder estén contados. Como ejemplo uso uno muy simple y claro al afirmar que la migración a la electrificación no sería un fin para los modelos poderosos como pasó en los 70 y 80 debido a las crisis de petróleo que obligaron a las marcas a sacrificar el poder en favor de eficiencia. Ahora más bien lo único que se sacrificaría sería el sonido del motor, pues los avances tecnológicos en los autos eléctricos permiten tener autos con poder similar o superior que aquellos con motores a combustión.
Ultimamente hemos visto modelos de alto desempeño como un Porsche Taycan, el futuro Lotus Evija o incluso el Tesla Model S Plaid+, autos que pueden acelerar como si se tratara de los superdeportivos más exclusivos del mundo gracias al poder de la electricidad.
Como tal no revelaron una fecha en la que Dodge abandonará a tan icónicos motores, ni tampoco cuales serán sus primeros productos electrificados, pero afortunadamente parece que su visión se enfocará más en aprovechar sus beneficios que en el condenar la ruptura de una "tradición" de décadas.
