Ni calcomanías, ni emblemas prefabricados: el carísimo escudo pintado a mano, que presumen los Ferrari en los laterales de las salpicaderas, puede costar más que repintar un coche normal completo
Los escudos de Ferrari, que llevan casi todos los coches de la marca en los laterales de las salpicaderas delanteras, son una de las señas de identidad de la firma del Cavallino Rampante. Pues bien, si quieres que tu Ferrari tenga esos dos emblemas con el logo de la marca, los tienes que pagar aparte, porque son opcionales.
Cuestan prácticamente lo mismo que pintar un coche convencional completo en un taller de pintura, pero aquí no se trata de dos simples calcomanías, pues los pintan a mano auténticos artesanos y necesitan algunas horas para hacerlo.
La firma del Cavallino Rampante brinda a sus clientes la oportunidad de hacerse un coche totalmente a su gusto y si alguno considera que la enorme lista de opciones se queda corta, simplemente tiene que acudir al departamento Ferrari Taylor Made, un programa exclusivo que lleva la personalización a un nivel extremo.
Desde luego que los servicios de esta división de Ferrari se pagan muy caros, pero las opciones de los Ferrari “normales” ya tienen un precio estratosférico. Como un dato adicional, todos los Ferrari tienen una placa en la cajuela, en la que vienen grabados todos los opcionales que equipa esa unidad.
El costo por pedir el emblema de Ferrari, que lucen los coches de la marca en los laterales de las salpicaderas delanteras varía en función del modelo, el país y el concesionario donde se compre el coche, pero en promedio suele costar entre 1,000 y 2,000 euros, entre 23 mil y 45 mil pesos. Y es que no son dos emblemas de Ferrari prefabricados que se pegan en las aletas delanteras, sino dos pequeñas obras de arte pintadas artesanalmente en cada coche.
En Maranello, la fábrica donde se hacen todos los Ferrari, llaman a este emblema “scudetto aerografato”. Cada escudo tiene varias capas de pintura y, una vez terminados, todos se someten a un estricto control de calidad.
“Es un enfoque artesanal que se adopta no por falta de alternativas mecanizadas; es un esfuerzo deliberado, una parte de lo que hace que cada Ferrari sea único, algo que mejora el valor de cada coche para su propietario.
“La solución más simple habría sido utilizar calcomanías, cubiertas por una capa de laca transparente, para mantenerlas en su lugar y protegerlas de los elementos. Pero Ferrari no es conocido por buscar la salida fácil. De hecho, todo el proceso de pintura lleva hasta ocho horas por escudo. Es decir, esos pequeños scudetti suman 16 horas de trabajo manual por coche”, señaló Stefano Del Puglia, jefe de pintura en Maranello.
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