BMW le tuvo que pagar 1.9 millones de dólares a un cliente: perdió una parte del dedo por el cierre automático de puerta de su camioneta

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Pablo Monroy

Ya han pasado casi diez años desde que Godwin Boateng, un residente de Nueva York, perdió la punta del pulgar derecho en julio de 2016. En aquel momento, Godwin apoyó la mano en el marco de la puerta de su BMW X5 xDrive35i Sport de 2013, con la puerta entreabierta unos treinta centímetros. Al cerrarse, el mecanismo de cierre suave se activó y desafortunadamente le cercenó la punta del dedo.

Como era de esperar, BMW inspeccionó el vehículo y concluyó posteriormente que no había defectos en el mecanismo de cierre suave de las puertas, negando toda responsabilidad por daños o lesiones. Sin embargo, Boateng demandó al fabricante alemán, alegando que podría perder hasta 3 millones de dólares en salarios debido a la amputación de la punta de su pulgar.

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El caso avanzó y fue a mediados de 2024 cuando finalmente llegó a juicio, en el que un jurado otorgó al propietario del X5 una indemnización de 1.9 millones de dólares de los cuales, 800,000 dólares fueron por concepto de dolor y sufrimiento pasados; 850,000 dólares por dolor y sufrimiento futuros y aproximadamente 255,000 dólares por concepto de lucro cesante.

Boateng alegó en la demanda que las puertas de cierre suave de BMW eran peligrosas ya que, a diferencia de sus ventanas laterales, no utilizaban sensores para detectar si algún objeto estaba atorado.

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De acuerdo con Car Complaints, BMW solicitó un nuevo juicio tras el veredicto, pero el tribunal de distrito rechazó la solicitud, por lo que la firma alemana apeló ante el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos, con la esperanza de que se revocara la sentencia, sin embargo, ese intento también fracasó.

El tribunal de apelaciones coincidió con el jurado original y se negó a reabrir el caso, dictaminando que BMW había incurrido en una “omisión engañosa” al no advertir a los clientes sobre el riesgo de colocar la mano en la trayectoria de la puerta. Tras casi una década, el juicio llegó a su fin, obligando al fabricante de automóviles a pagar la indemnización luego de años de litigio.

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