Es probable que, más de una vez, te haya surgido la duda de qué tipo de gasolina poner en el tanque del auto al momento de rellenarlo, sobre todo en estos tiempos en que el precio por litro anda las nubes, por lo que comprar la de menor costo nos resulta la mejor opción. Sin embargo, no estamos considerando si dicho combustible es el más adecuado para que el motor de nuestro coche funcione correctamente.
Toma en cuenta que si tu auto necesita gasolina de bajo octanaje (Magna) para funcionar y le pones de alto (Premium), mecánicamente no sucederá nada extraordinario pues, aunque no llegará a los altos niveles de compresión para la que fue creada, al final estallará por la acción de la chispa eléctrica que genera la bujía.
En cambio, si el propulsor necesita gasolina de alto octanaje y le pones de bajo, es probable que, al comprimirse a un nivel mayor al del que fue creada, la mezcla estalle antes de que la bujía genere la chispa debido a la alta temperatura que alcanzará por la alta compresión a la que será sometida, experimentando ligeras explosiones fuera de tiempo y ligeros cabeceos del motor.
Sin olvidar que las tuberías que llevan el combustible, del tanque al motor, inyectores y bomba de gasolina, se ensuciarán más rápido si la práctica es constante, debido a que la gasolina de bajo octanaje tiene mayor concentración de azufre, que se adhiere a las paredes de los componentes por donde fluye, hasta llegar a saturarlas y bloquearlas.
En la actualidad, existen varias marcas que comercializan combustibles en nuestro país, y aunque el proveedor sigue siendo el mismo en su mayoría, PEMEX, cada marca formula un aditivo que se agrega a las gasolinas o diesel para mejorar su calidad.
De acuerdo con Total Energies, los aditivos son productos químicos que se agregan al combustible, durante su refinamiento, para mejorar el rendimiento del motor y sus partes. Están relacionados de manera directa con la mejora de la combustión, la limpieza y lubricación de los inyectores, así como con la inhibición de la corrosión dentro del motor.
Su uso proporciona mejoras, como una aceleración más eficiente. Además, evita algunos problemas comunes que ocasionan los combustibles de calidad baja o con un aditivo pobre, además de ayudar a que el consumo de combustible sea menor, hasta en un 3%, consiguiendo una mayor autonomía por tanque.
De esta forma, los aditivos se convierten en una parte importante de la fórmula para desarrollar los combustibles, que después se comercializan. Este desarrollo no tiene restricciones en cuanto a los beneficios que pueden aportar dichos aditivos, por eso se pueden mejorar sus formulaciones y conseguir compuestos químicos más avanzados para utilizarlos en los carburantes.
Otra característica de estos productos químicos es que ayudan a conseguir un mejor funcionamiento del sistema de inyección y también de la bomba de combustible. Recordemos que si el combustible es de baja calidad, se pueden generar depósitos en los inyectores que obstaculizan la dispersión del combustible. En casos extremos, este problema puede llevar al tapado completo del inyector, evitando así la entrada de carburante a la cámara.
Hay que tener en cuenta que los inyectores se pueden ensuciar por varias causas, aunque la mala calidad del carburante es la principal. Las consecuencias más notorias de este problema son la pérdida de potencia del motor, un mayor consumo de combustible y un aumento de las emisiones de gases contaminantes perjudiciales. Pero de eso a agregarle más aditivo cuando nos lo ofrecen en la gasolinera, esa es otra historia.
Raúl Cisneros, ingeniero en sistemas automotrices del IPN, nos comentó que el uso de los aditivos, que normalmente se venden en las gasolineras o tiendas de autoservicio, no es recomendable.
“Para empezar, suelen añadirse al combustible cuando se rellena el tanque, sin embargo, los combustibles ya vienen repletos de aditivos desde la refinería, formulados específicamente para un uso y probados por los laboratorios de los fabricantes.
“El problema de añadir más aditivos a una sopa que ya está colmada de ingredientes es que puede acabar siendo peligroso por la interacción que puedan tener unos aditivos y otros. En la mayoría de los casos reaccionan mal y forman residuos sólidos que obstruyen los conductos de alimentación.
Existen infinidad de aditivos para los automóviles con supuestas cualidades milagrosas, pero la prudencia debería hacernos sospechar de los productos milagrosos de todo tipo”, comentó el especialista.
De modo que el uso de aditivos para el combustible puede tener beneficios siempre y cuando no se abusen de ellos, en función del uso que se haga del vehículo y las necesidades específicas, y la primicia es mejor utilizar combustibles de calidad antes de pensar en un aditivo adicional y de esta forma proteger el motor de tu vehículo.
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