Ferrari es uno de los fabricantes automotrices más importantes del mundo, por no decir que el más, y millones de personas anhelan con tener uno de sus modelos. Aunque solo unos miles se pueden dar este lujo, la marca italiana también puede prohibir que algunas personas adquieran sus vehículos y esta es la historia sobre cómo empezó la lista negra de Ferrari.
Si bien, no hay un registro público, se dice que en la lista negra de Ferrari hay nombres muy conocidos, como Justin Bieber, Deadmau5, 50 Cent o incluso Chris Harris, quien recientemente comentó una anécdota muy curiosa con Aston Martin, sin embargo, quien empezó todo fue John Carmack, programador y desarrollador de videojuegos.
Carmack es considerado el padre de los videojuegos de Shooter en primer persona, por lo que pudo crear una caudalosa fortuna teniendo menos de 30 años, y con una parte de ese dinero se hizo de algunos Ferrari. El problema comenzó cuando Carmack consideró que la potencia y desempeño que ofrecían desde la fabrica no eran suficientes, por lo que empezó a modificarlos.
No obstante, no se conformó con elevar la potencia unos cuantos caballos, John Carmack quería que los autos tuvieran auténtico poder y fue así que creó un Testarossa Turbo, con dos turbocargadores y una potencia en torno a 1,000 caballos (originalmente entregaba menos de 400 hp). También modificó un Ferrari 328, que años después lo regaló como parte de los premios de un torneo de videojuegos.
Incluso fue uno de los pocos afortunados propietarios de un Ferrari F40, el cual tampoco se salvó de las modificaciones, aunque nada extremo, ya que solamente reajustó el wastegate del turbo, sin embargo, esta acción se convirtió en la gota que derramó el vaso…
Tiempo después, cuando se anunció el lanzamiento del Ferrari F50, John Carmack quiso adquirir un ejemplar y para su sorpresa el distribuidor se negó a ponerlo en la lista de espera, argumentando que todas las modificaciones que realizó en sus otros tres deportivos no fueron muy bien vistas por la marca.
Aunque tuvieron que pasar varios años, al final Carmack sí pudo comprar un Ferrari F50 de segunda mano y como era de esperarse, lo volvió a modificar, instalado dos turbocargadores que elevaron la potencia hasta casi 900 hp. Y las cosas no pararon ahí, porque el programador se encargó de que Ferrari estuviera al tanto de la situación, llevando el auto a un evento público, donde exhibió las modificaciones y mostró su desempeño en una carrera de cuarto de milla.
Hasta la fecha Ferrari no admite públicamente que hay una lista negra para ciertas personas que realizan modificaciones excesivas en sus autos, o para quienes revenden en poco tiempo un ejemplar especial o incluso para quienes hablan mal de la compañía, aún así, algunos hechos muestran que los italianos sí pueden bloquear que los nombres asociados a una imagen negativa participen en asignaciones de modelos nuevos, ediciones especiales o programas exclusivos.
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