
Estamos acostumbrados a que, tras un par de años, a nuestros teléfonos les dura drásticamente menos la batería. Es normal pensar que con un auto eléctrico podría suceder lo mismo. La mayoría de las marcas prometen una vida útil de al menos un 70% tras 7 u 8 años (o aproximadamente 150,000 km) de uso, y así lo estipulan en su garantía, pero ahora que los autos eléctricos ya llevan algún tiempo en las calles, el mundo real nos trae testimonios sobre el deterioro de una batería tras un uso intensivo.
Lee Young-Heum ha sido propietario de un Hyundai Ioniq 5 en Corea del Sur desde hace dos años y nueve meses. Pese al poco tiempo, le ha metido ya 580,000 km a su auto eléctrico. El caso ha sido tan especial, que la propia marca decidió estudiarlo.
Hyundai contactó con el dueño y le ofreció instalarle una batería y un motor nuevo, para poder extraer las originales y analizarlas en su laboratorio, con el fin de identificar el nivel de desgaste. La sorpresa llegó cuando descubrieron que, aun con más de medio millón de kilómetros recorridos en tan poco tiempo, la batería tenía todavía el 87.7% de su vida útil, y no es que Lee Young-Heum la cuidara con especial atención; siempre utilizaba cargadores rápidos.
Casos como este ayudan a entender que la vida útil de un vehículo eléctrico puede ser mayor que las expectativas del imaginario popular. Es importante recordar que un cambio de batería puede ser tan costoso, que reemplazarla sería una decisión cuestionable.
Más allá de la vida útil de la batería, el estudio también permitió descubrir cuánto había ahorrado en mantenimiento respecto a un modelo equivalente a gasolina. Al emplear menos piezas, el mantenimiento de un auto eléctrico es más sencillo. Bajo este uso tan demandante, Lee aseguró que le tenía que cambiar el aceite a su Tucson cada 15 días. Con el Ioniq 5 sólo ha tenido que reemplazar piezas básicas, es decir, tras 660,000 km (incluyendo el kilometraje con la nueva batería), Lee se ha ahorrado 66 cambios de aceite, 8 reemplazos de bujías, 13 cambios de líquido de frenos y 11 cambios de aceite de transmisión, en comparación con su antiguo Tucson, es decir, se ha ahorrado aproximadamente 161,670 pesos en mantenimiento: un 88% menos que en un SUV a gasolina.