Alonso Brugada
Las tensiones y conflictos geopolíticos también impactan al mundo automotriz de maneras insospechadas y una de estas afectaciones ocurre desde finales de 2023 en el mar Rojo, donde son constantes los ataques a barcos que navegan por el estrecho de Bab el-Mandeb, sin embargo, últimamente han cesado todos los ataques contra un tipo de barco: los que transportan automóviles chinos.
Vayamos por partes para explicar esta situación. Esta ruta marítima es una de las más importantes para el comercio global, porque lleva hacia el Canal de Suez, que es la vía marítima más corta entre Asia y Europa. De hecho, se estima que el 12% del tráfico marítimo mundial cruza por esta ruta.
Sin embargo, a finales de 2023 los hutíes comenzaron a atacar barcos cargueros que navegaban por esta zona, especialmente a navíos con conexiones a Israel, como un acto de represalia por la guerra de Gaza.
Para evitar un ataque que ponga en riesgo la seguridad o la vida de las tripulaciones, así como la pérdida de millones de dólares, las empresas navieras tomaron la decisión de evitar esta ruta y se están desviando hasta el cabo de Buena Esperanza para poder llegar a Europa.
Pero rodear todo el continente africano no es tan sencillo, porque supone cerca de dos semanas más de viaje y un sobrecosto millonario por los gastos adicionales, que se calcula podría ser de algunos millones de dólares.
Lo interesante de este asunto es que Lloyd’s List Intelligence, una empresa que brinda servicios de información marítima, dio a conocer que en junio y julio, al menos 14 navíos cargados de automóviles chinos dirigidos a Europa, lograron cruzar por este estrecho y no registraron ninguna clase de incidente.
Y no se trata de una cuestión de suerte, porque en el último mes se tuvo registro del hundimiento de otros dos barcos cargueros en la zona, los cuales fueron atacados por los rebeldes hutíes mediante el uso de drones, granadas y armas de fuego.
¿Pero entonces qué está pasando? Según diversos analistas, como Daniel Nash, es probable que el gobierno de China llegara a un acuerdo con Irán, para evitar que el grupo rebelde ataque los barcos que transportan los automóviles chinos.
Los analistas creen que este acuerdo se pudo lograr gracias a la compra de petróleo, ya que China es el principal cliente del crudo que exporta Irán, lo que representa cerca del 6% de la economía del país de medio oriente.
Por su parte, con este acuerdo las automotrices chinas mantienen su competitividad frente a otros fabricantes de automóviles que sí tienen que gastar más dinero para llevar sus automóviles a Europa, además de que amortizan el impacto de los aranceles que impuso la Unión Europea a los autos subvencionados por el gobierno de China y que para algunas marcas es de hasta 35%.
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