Los autos eléctricos se han vuelto el pan de cada día... al menos en la teoría. En la práctica, muchos países aún no están preparados para adoptarlo, aun cuando varias marcas se planteaban producir únicamente este tipo de vehículos en 2030. Hoy empiezan a darse cuenta de lo precipitado de su decisión, con ventas por debajo del pronóstico en EE. UU. y Europa. En Latinoamérica apenas empieza a gestarse el mercado, pero ya hay un país ganando —con diferencia— la carrera: Costa Rica.
Sus ventas de autos eléctricos se han disparado en los últimos años. Se duplicaron entre 2022 y 2023, y al corte de agosto de 2024 ya se han vendido muchos más autos eléctricos que en todo el año anterior. Lo interesante no sólo está en su crecimiento, sino en la cuota de mercado que han conquistado: casi un 17% de todos los autos vendidos en Costa Rica son eléctricos. Dicho de otro modo, alrededor de uno de cada seis autos vendidos es eléctrico.
Cuando los incentivos y las circunstancias se combinan
Los autos eléctricos en Costa Rica se venden casi al mismo ritmo que en Alemania. No en volumen, sino en proporción, con participaciones de mercado que rondan entre el 17% y 18% respectivamente, sin embargo, la fórmula que lo ha llevado al éxito en Costa Rica es muy particular. No sólo apuesta por incentivos, sino que también depende de condiciones locales.
Costa Rica tiene pocas reservas petroleras, lo que eleva considerablemente el precio de los combustibles. Su solución ha sido apostar por energías renovables, que proveen el 99% de la electricidad en el país. Así, cargar la batería de un auto eléctrico cuesta una cuarta parte que hacerlo a gasolina.
Desde luego, la infrastructura ha tenido que acelerar el paso a raíz del incremento en la demanda de estos vehículos. A lo largo del país se han instalado varias estaciones de carga rápida (carga directa a 50 kW) con diferentes tipos de conectores, desde los tipo 1 y tipo 2 para autos norteamericanos y europeos, hasta el GB/T de los provenientes de China, que son los que dominan el mercado.
A ello se suma su extensión territorial. Desde San José, la capital del país, hasta la frontera más lejana hay 323 km de separación. La mayoría de los autos eléctricos contemporáneos tienen suficiente batería para recorrer esa distancia sin gran dificultad, lo que elimina una de las principales inquietudes al momento de adquirir un auto eléctrico: salir de viaje.
Con todas esas circunstancias a su favor, más la llegada de modelos más accesibles desde China, los incentivos simplemente fueron el factor detonante. Hoy sólo pagan el 2% de IVA y el 40% del marchamo, un impuesto de propiedad, y están exentos del pago de impuesto aduanero y de consumo. Sí, son incentivos fiscales similares a los que hay en México, donde los autos eléctricos no pagan IVA, ISAN, tenencia ni aranceles.
Los obstáculos empiezan en 2025
Los gobiernos suelen dar incentivos a los autos eléctricos para favorecer su adopción. El objetivo es que, una vez que las ventas cobran fuerza, se retiren las ayudas y las ventas caminen por si solas. En la práctica no es así. Alemania retiró los incentivos a los autos eléctricos y sus ventas se desplomaron; para evitar el colapso, tuvo que reestablecerlas.
Costa Rica podría enfrentarse al mismo desafío. Uno de los motivos por los que las matriculaciones de autos eléctricos se han acelerado recientemente (en julio representaron el 27% de las ventas) es porque Costa Rica irá retirando paulatinamente los incentivos para 2035, pero el primer golpe caerá en 2025: tres incentivos se reducirán entre un 20% y un 25%, y el IVA aumentará un 1%. Algunos consumidores se están adelantando en adquirir un auto eléctrico antes de que el cambio entre en vigor.
Habrá que ver si las ventas se mantienen conforme se van retirando las ayudas por parte del gobierno. Lo que es definitivo es que Costa Rica va ganando, por mucho, la carrera del auto eléctrico en Latinoamérica, con una participación de mercado a dos dígitos, mientras en Brasil ronda el 2.9% y en México rozan tímidamente el 1%.