El mes pasado, se dio a conocer que Toyota, Mazda, Honda, Suzuki y Yamaha estaban siendo investigados por el Ministerio de Transporte japonés: todos admitieron haber presentado datos erróneos o manipulados al solicitar la homologación de vehículos, incluidas las pruebas de seguridad de sus coches.
De hecho, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, tuvo que salir a pedir disculpas, y ahora su cargo está en la cuerda floja, pero hay más. Los reguladores locales identificaron nuevas marcas que violan la normativa, obligando al fabricante de automóviles a suspender más envíos.
De acuerdo con Autonews Europe, los nuevos hallazgos se produjeron después de que los inspectores del ministerio japonés realizaron investigaciones en las instalaciones de Toyota y descubrieran casos adicionales en los que la empresa no certificaba correctamente los vehículos. Esto afecta a su unidad de fabricación de camiones Hino, su subsidiaria de minicoches Daihatsu y un proveedor de motores y piezas llamado Toyota Industries Corp.
Las malas prácticas obligaron a Toyota a suspender, en junio, las entregas de tres vehículos afectados que todavía están en producción: Corolla Fielder, Corolla Axio y el Yaris Cross. La investigación afecta a los Yaris Cross fabricados en Japón para su venta en mercados fuera de la Unión Europea.
Tras los últimos hallazgos se le unirá la producción de las camionetas Voxy y Noah y se calcula que este paro ha provocado una caída del 13 % en la producción mundial en junio. Otros vehículos que pasaron por una certificación incorrecta fueron el Lexus RX en 2015, RAV4 en 2017, Camry en 2017, el crossover Toyota Harrier en 2022 y la furgoneta Lexus LM el año pasado.
Desde el Gobierno urgen a la compañía a realizar "reformas drásticas", mientras que Toyota sigue con las disculpas y asegura que se trata de descuidos y falta de implicación desde la gerencia: "Lamentamos profundamente no haber podido llevar a cabo nuestras operaciones de certificación de forma adecuada", declaró la compañía, una situación que ha provocado que los accionistas de la compañía pierdan la confianza en Toyoda, que quizá deje de ser director el año que viene.