Imagina que tus planes de fin de semana se vean truncados o alterados por que ya no podrás utilizar más tu coche, o por lo menos no por un largo periodo de tiempo. Esto podría convertirse en una realidad en Alemania, pues el Ministro de Transporte de este país, Volker Wissing, está buscando medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
"Una reducción equivalente del rendimiento del tráfico sólo sería posible mediante medidas restrictivas que sean difíciles de comunicar a la población, como prohibiciones de circulación a nivel nacional e indefinidas los sábados y domingos", escribió Volker Wissing en una carta dirigida a los líderes de los grupos parlamentarios.
De testa forma, el ministro dio a entender que si Alemania no cumple los objetivos de la ley climática, habrá que tomar medidas drásticas, como la de prohibir conducir los fines de semana. El origen de esta situación proviene de que el sector del transporte no ha cumplido sus objetivos climáticos y tampoco se ha lanzado un programa para conseguirlo, algo que sí sucede con otros sectores.
Bajo este escenario, los distintos grupos políticos, incluidos los ecologistas, no han llegado a ningún acuerdo, lo que ha tensado al Ministro de transporte, quien es miembro del Partido Democrático Libre y desde hace tiempo se opone a medidas climáticas como reducir los límites de velocidad en las autopistas.
Ahora, está presionando para que el gobierno federal introduzca una enmienda para permitir que las industrias más contaminantes emitan más de lo legalmente aceptable, siempre y cuando otras industrias contaminen menos para equilibrar así la balanza en el país.
Si las reformas planificadas no se aprueban en el parlamento antes del 15 de julio próximo, el Ministerio de Transporte se vería obligado a presentar un "programa de acción inmediata que garantice el cumplimiento de los niveles anuales de emisiones del sector del transporte" hasta 2030, lo que incluye la prohibición de conducir los fines de semana.
El anuncio ha sido calificado por los grupos políticos como "rumores infundados" o "alarmismo mediante propuestas absurdas". Las organizaciones ecologistas, incluidas Greenpeace, la Federación Alemana para el Medio Ambiente y la Conservación de la Naturaleza y Fridays for Future critican la supresión prevista de objetivos de emisiones individuales. Temen que un cálculo global oscurezca el impacto de ciertos sectores, especialmente el sector del tráfico, que frecuentemente no cumple los objetivos.
