El debate sobre cuánto contaminan los autos eléctricos no cesa. Esta vez es Mazda quien aviva la conversación al asegurar que el MX-30 no llegará al mercado con una batería grande porque su impacto ambiental sería tan negativo como el de un coche diesel con más de 100,000 kilómetros.
Es cierto que uno de los grandes beneficios de los autos eléctricos es que no contaminan el aire que respiramos en las ciudades, pero eso no significa que estén exentos de emisiones. Incluso si las baterías se recargaran con electricidad proveniente de fuentes renovables, la extracción de materiales como litio y el proceso de fabricación ya tienen un impacto ambiental importante.
Mazda calcula que con su batería de 35.5 kWh, un MX-30 recién salido de la línea de producción ya tiene un impacto ambiental similar al de un Mazda 3 diesel de 41,800 kilómetros, a pesar del uso de materiales sustentables y de un proceso de fabricación eficiente. Con una batería de 95 kWh, el impacto equivaldría a ese mismo Mazda 3, pero con más de 115,000 kilómetros.
El MX-30 parece nadar a contracorriente de la tendencia de lograr autonomías cada vez mayores con baterías más y más grandes. Al llegar al mercado sólo estará disponible con un paquete de 35.5 kWh, que le basta para recorrer alrededor de 200 kilómetros, mientras sus rivales rondan una autonomía de 350 kilómetros.
Si Mazda tiene razón, las baterías pequeñas serán la opción más responsable dentro de la oferta de vehículos eléctricos, y aunque habrá que recargar más seguido, el impacto ambiental al momento de su fabricación será notablemente menor.
