Si hay algo que resulte realmente molesto es enfrentarte a un neumático pinchado, sobre todo cuanto sucede en medio de la nada , en la noche y en carretera, sin embargo, es un escenario que podemos solventar con relativa facilidad si sabemos cambiar la rueda dañada por la de repuesto y si contamos con las herramientas necesarias para hacerlo, como el gato hidráulico, llave de cruz y, por su puesto, una llanta de refacción funcional y en buen estado.
Lo primero que debemos de saber es que existen varios tipos de llantas de refacción. Una convencional es aquella que es idéntica a las que usa el vehículo, tanto en tamaño como en rendimiento, inclusive el rin es igual a los demás, ya sea de acero o de aleación. Esto significa que, una vez instalada, permite al coche moverse sin restricciones de velocidad o distancia.
Después están las ruedas de repuesto denominadas compactas, las cuales son de menores dimensiones e incluso el neumático que equipan viene literalmente comprimido. Cuando se presenta la emergencia de reemplazarlo, al inflarse, el caucho comienza a desdoblarse hasta adoptar la forma requerida, con ello se optimiza el espacio en la cajuela.
Finalmente están las llantas de refacción compactas, también conocidas como de galleta, las cuales son una solución práctica que nos permite seguir adelante en caso de enfrentar una pinchadura y que al mismo tiempo, dadas sus dimensiones, ocupa menos espacio en la cajuela de nuestro vehículo, de hecho se puede llegar a ganar hasta 50 litros de capacidad adicionales, aunque tienen sus limitaciones.
La rueda de galleta es una opción más para poder enfrentar una emergencia y consiste en una llanta de refacción de tamaño reducido, que encontramos en algunos vehículos, en lugar de contar con una de igual tamaño.
Un repuesto que tiene sus limitaciones, ya que es un componente que, dadas sus dimensiones compactas, puede ser riesgoso si no se usa adecuadamente, y sólo debe ser utilizado en trayectos cortos, pues su función es únicamente la de desplazar nuestro vehículo hasta la vulcanizadora más cercana.
El diámetro de una rueda de galleta es el mismo que el de las ruedas que monta el coche de serie, sin embargo, el ancho se reduce a la mitad, y con ello también la superficie de contacto sobre el pavimento, lo que podría quitarle estabilidad al auto, sobre todo al momento de pasar por una curva, esa es la razón por la cual la velocidad máxima para rodar con ella es de 80 km/h.
Lo más importante es utilizarla estrictamente para ir a un taller a que reparen el neumático normal. Técnicamente es igual a un neumático, pero con menos capas de caucho y mallas, por lo que es menos resistente, y la distancia que podemos recorrer con ella oscila entre 80 y 112 kilómetros. En ningún caso se debe hacer un uso normal de esta rueda en el vehículo.
Pero si las circunstancias nos obligan a tener que utilizarlas por una distancia mayor. Una vez instalada debemos verificar la presión de la rueda de galleta, ya que pudo haber perdido presión en el tiempo que estuvo almacenada. Lo siguiente es manejar con extremo cuidado y respetando el límite de velocidad de la llanta de refacción, y más si manejamos con lluvia, pues recordemos que, al ser más compacta y ligera, ocupa menos superficie en el asfalto y podría llegar a patinar.
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