Con cada vez más autos eléctricos circulando en el mundo son muchas las tecnologías innovadoras que han llegado durante los últimos años. Sin duda, la carga es un factor inherente a la movilidad eléctrica y el foco de muchos problemas al convivir con un coche eléctrico.
La carga inductiva es ya una realidad en industrias como la tecnológica y las comunicaciones, pero no en el sector del automóvil, hasta ahora. Decimos esto porque Porsche acaba de anunciar que su coche eléctrico de nueva manufactura, el nuevo Porsche Cayenne, será capaz de cargarse de forma inductiva.

Una tecnología sencilla de entender, pero muy complicada de aplicar. Del mismo modo que sucede con un smartwatch o un celular, el Cayenne sólo necesitará estar encima de una placa inductiva para cargar su batería de forma electromagnética, sin necesidad de cables físicos.
A partir de ello, ya no es necesario instalar un punto de carga doméstico, pues la energía fluye de la placa a la batería, aunque hay algunos inconvenientes reales que los ingenieros de Porsche tuvieron que solucionar y uno de los principales es el simple estacionamiento.

La carga inductiva requiere que esta maniobra sea muy precisa, igual que cuando cargas de forma inalámbrica un dispositivo con esta tecnología. Si te desplazas un poco al frente, hacia atrás o los lados, el sistema no carga o no lo hace correctamente.
Cabe mencionar que el sistema presentado por Porsche sólo estará disponible como opción doméstica. Los clientes podrán contratar las funciones de carga inalámbrica, así como la placa One-Box, para que no tengan que lidiar con cables en sus casas. En la calle se podrá recargar de forma convencional, a través de un cable.

Se trata de carga en corriente alterna, por lo que la potencia máxima de recuperación es de 11 kW, suficiente como para recuperar la totalidad de la autonomía de la batería durante la noche. La ausencia de cable implica un menor porcentaje de eficiencia en el procedimiento de carga.
Porsche cifra la eficiencia de la transferencia de energía de la red eléctrica a la batería alcanza en hasta el 90%. La placa del suelo de 50 kilos mide 117 centímetros de largo, 78 centímetros de ancho y 6 centímetros de grosor, y puede instalarse en un garaje o al aire libre y conectarse a la red eléctrica.

Por otro lado, el SUV eléctrico alemán podrá cargar a una potencia máxima de 400 kW en corriente continua, lo que supone recuperar 300 kilómetros de autonomía en 10 minutos. En cuanto a autonomía, se esperan que supere los 600 kilómetros reales, gracias a una gran batería de 108 kWh de capacidad neta. Algunas versiones podrán ofrecer hasta 1,000 caballos de fuerza.
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