Los vehículos eléctricos chinos son el nuevo problema para Canadá que, a través de su Departamento de Finanzas, respondió con el anuncio de una serie de “medidas para nivelar el campo de juego”. La más importante es un impuesto adicional del 100% sobre todos los vehículos eléctricos fabricados en China, que entrará en vigor a partir del 1 de octubre próximo.
Sin duda una medida que llama la atención pues, a diferencia de Europa, donde una avalancha de vehículos eléctricos de fabricantes chinos ha saturado los mercados locales, Canadá aún no ha visto un solo vehículo eléctrico de un fabricante chino.
De hecho, actualmente el único auto eléctrico construido en China y vendido en Canadá es el Tesla Model Y el cual, si se implementan aranceles, será el único afectado, sin embargo, el gobierno canadiense espera que estos aranceles disuadan a los fabricantes de automóviles chinos de ingresar a este mercado en el futuro.
De acuerdo con Reuters, fue el primer ministro Justin Trudeau quien dio a conocer que Canadá impondrá un arancel del 100% a la importación de vehículos eléctricos chinos y no sólo eso, pues también impondrá un arancel del 25% al acero y aluminio importados de China, este último desde el 15 de octubre próximo.
Hay que recordar que los aranceles llegan poco más de un mes después de que Canadá abriera una consulta pública de 30 días relacionada con los vehículos eléctricos chinos y productos relacionados, alineándolos con los de Estados Unidos y la Unión Europea. "Creo que todos sabemos que China no juega con las mismas reglas, lo importante de esto es que lo estamos haciendo en alineación y en paralelo con otras economías de todo el mundo", comentó Trudeau.
El impuesto se sumará al arancel de importación actual del 6.1% y se aplicará a algunos “vehículos de pasajeros, camiones, autobuses y camionetas de reparto” eléctricos e híbridos. Es posible que se impongan recargos adicionales, ya que los funcionarios planean examinar otros sectores específicos, incluidos los centrados en minerales críticos, baterías y sus componentes, semiconductores y productos solares.
Además de gravar hasta la muerte los vehículos eléctricos chinos, el gobierno canadiense anunció planes para limitar la elegibilidad para incentivos a los vehículos cero emisiones. Esto significa que los funcionarios quieren que los incentivos estén disponibles exclusivamente para productos fabricados en países que han negociado acuerdos de libre comercio con Canadá.
Las medidas tienen como objetivo apoyar a la industria automotriz de Canadá, así como a los productores de acero y aluminio. El primer sector emplea a más de 125,000 personas, mientras que el segundo sustenta a más de 130,000.