6 razones por las que Jeremy Clarkson es un idiota (que queremos de vuelta en Top Gear)
Jeremy Clarkson, te odiamos. Te odiamos porque tienes el trabajo de nuestros sueños, porque has sido muchas veces imitado, pero pocas veces igualado; te odiamos por haber metido la pata otra vez y dejar al mundo sin Top Gear este domingo. ¿Era mucho pedir que te comportaras más o menos bien hasta que apareciera otro genio en el mundo del entretenimiento automovilístico y tú pudieras pasar el resto de tus días al volante de aquel Ford GT que compraste con el sudor de tu frente?
Vale, ya que hemos sacado todo el odio, entremos en materia. No es la primera —ni la última, esperemos— vez que Clarkson se encuentra inmerso en un escándalo, y es que el hombre tiene una boca más grande que la mitad del territorio británico. Por hablador, se ha ganado el odio de muchos y el cariño de otros.
Éstas son seis de las muchas razones por las que Jeremy Clarkson es un idiota... un idiota al que admiramos:
Las estupideces al volante son su especialidad
Jeremy Clarkson es como el adolescente irresponsable que todos llevamos dentro, pero en versión de alto presupuesto. El hombre toma las llaves de cualquier auto y da rienda suelta a la locura; lo conduce al límite de la física, lo pinta de colores ridículos... hace todo lo que cualquier humano adinerado haría.
Por mucho que lo odies, seguro has intentado ser como él. Las chicas se reúnen para criticar a otras chicas; nosotros, los petrolheads, tenemos a ese amigo amante de los autos con el que jugamos a ser Clarkson —consciente o inconscientemente— y destrozamos con palabras al Toyota Prius que se nos cruzó en el semáforo.
Le gusta echar sal a la herida
Jeremy Clarkson vive por y para la controversia. Podría parecer tonto querer sacarle partido a un hecho histórico en el que los malos del cuento son tus compatriotas —no, no parece tonto; lo es. Durante su visita a Argentina, Top Gear utilizó las placas H982 FKL que parecían aludir al conflicto armado entre las Malvinas y Reino Unido (en inglés, las islas son conocidas Falklands; la guerra fue en 1982).
Top Gear asegura que el hecho fue una desafortunada coincidencia, pero conociendo los modos de Jeremy Clarkson, es lógico pensar que no fue así... a menos que, de tanto vivir entre la controversia, el conductor británico la atraiga sin mover un dedo.
No informa. Entretiene.
Si hay algo que le cause salpullido —¿o envidia?— a muchísimos medios de comunicación "serios" es que el hombre tiene un rating impresionante cuando lo que hace en su programa es más enfocado al entretenimiento que a la información. Sí, quizás es triste, pero al cliente lo que pida. Seamos sinceros, todos necesitamos nuestros cinco minutos de estupidez, y eso es algo que ni documentales ni programas informativos nos pueden dar. ¿O qué? ¿Ellos han baneado de sus vidas a Los Simpson y viven al tanto de todo National Geographic?
Se ríe de ti, de mí y del mundo
Clarkson tiene un talento especial para herir susceptibilidades. En su momento, fue criticado por los mexicanos al referirse a nosotros como flojos —entre otros calificativos. En aquella emisión, su compañero Richard Hammond dijo “Imagina que un día despertaras y te dieras cuenta de que eres mexicano”, a lo que Clarkson respondió “Sería magnífico porque podrías decir ¡Ah! Soy mexicano y te dormirías de nuevo, te la podrías pasar dormido todo el día porque eres mexicano”. Incluso se burló de la embajada.
Vale, vale, no fue la mejor forma de decirlo, pero cualquier película de Hollywood nos pinta igual y no por eso la crucificamos. Clarkson se burla de ti, de mí y de cada país que visita, así que más que sentirnos heridos, deberíamos aprender a reírnos de nosotros mismos.
¡Es un asesino!
Como el petrolhead empedernido que eres, cuidas que tu coche no tenga ruidos raros, que la pintura se encuentre en buen estado y, aunque tu esposa se ponga celosa, él es el verdadero dueño de tus quincenas. Así como tú lo das todo por tu auto, Clarkson se encarga de comprar y destruir modelos que, con un poco de suerte, encontraremos en la portada de alguna revista en un puesto de periódicos.
El hombre es un asesino serial de autos... ¡Y nadie le dice nada!
Sin él, la vida no tendría sentido
OK, sí, se nos fue la mano con el drama, pero si Clarkson no regresa a Top Gear, el show no tiene sentido. Necesitamos su dosis semanal de sarcasmo para funcionar como amantes de los autos. Por eso es que la versión norteamericana del programa no ha tenido éxito, porque como Clarkson no hay dos.
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