Si algo no se aprende "sin querer", es a pintar un auto. Para hacerlo correctamente se requieren elementos que van desde un ambiente aislado del exterior, herramientas especializadas que deben ser utilizadas por expertos, horno, paciencia y un toque artístico.
SEAT nos abrió las puertas de su centro de pintura en Martorell, desde el escritorio donde los especialistas perfeccionan cada color, hasta la cabina de pintura, donde los robots toman el control y demuestran que su precisión es inigualable por cualquier humano.
Se requieren hasta 1,000 litros de pintura para crear una nueva tonalidad.
Las mezclas son un ejercicio de química. En ocasiones se mezclan hasta 50 diferentes tonos del Pantone para crear un color.
El SEAT Arona, por ejemplo, ofrece 68 distintas combinaciones de colores.
Una vez conseguido el color, se hacen pruebas sobre superficies metálicas, y se comprueba la adherencia, la reflexión de la luz y sombras.
84 robots operan al unísono a una temperatura controlada de entre 21 y 25 grados centígrados. Se aplican hasta 2 kilos y medio de pintura por coche, este proceso tarda 6 horas por coche.
Al finalizar el proceso de pintura, un scanner tarda 43 segundos en registrar cualquier imperfección.
Aquí un video del "viaje" de un color para pintar un SEAT en Martorell.