Nissan Juke, prueba (parte 1)
Pruebas de coches

Nissan Juke, prueba (parte 1)

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Quien pega primero, pega dos veces. El Nissan Juke fue uno de los encargados de inaugurar el ahora concurrido segmento de los crossover subcompactos. Su entrada nos mostró una cara diferente de Nissan, una que hace de lado la discreción y nos enseña su faceta más divertida para que el paso de los años y la llegada de nuevos contrincantes no opacara su singular rostro.

No intentes entenderlo, manéjalo fue el eslogan con el que el Nissan Juke llegó a México hace ya algunos años, y tiene toda la razón. Por mucho que se le intente dar una explicación a su diseño —y, en su momento, a su categoría—, el crossover subcompacto de Nissan es... extraño, con todo y que llevamos ya un tiempo conviviendo con él en el mercado.

Un 'crossover' para la ciudad

Nissan Juke Post 2

La idea, de entrada, no parecía descabellada. En los SUV del momento —Rogue, X-Trail, Captiva Sport, Escape y compañía— había un sabor a coche familiar que no terminó de convencer a los clientes más urbanitas, lo que dejó un gran lugar en el mercado para este tipo de crossovers que no pierden su apariencia robusta, pero ganan en individualismo y practicidad.

El Nissan Juke parte de la idea de hacer del hatchback un crossover. Mide apenas 4,135 mm de largo, con lo que se acomoda en el mismo espacio donde entraría un Nissan Note. Es la altura de la carrocería, los tres pares de faros y las manijas escondidas en el poste C lo que provoca que al llegar pronuncien frases como —citando textualmente: ¿Y ahora? ¿Qué es esa cosa?

Sí, en más de una ocasión se refirieron al Juke como cosa, pero el punto no es ser despectivos, sino diferentes, diferentes al resto de los crossover sobrios que hay en el mercado. El Nissan Juke se ve bien entre espacios apretados y decenas de edificios, demostrando que fue concebido por completo para funcionar en ciudad. El problema es que al final no se trata de un auto del todo urbano.

Nissan Juke Sumario

Más crossover que hatchback

Aunque a la vista luce como un hatchback alto, el Nissan Juke es más bien un crossover bajo. Más allá de la apariencia, el manejo deja clara evidencia de que el Juke se aleja de un auto urbano en determinadas circunstancias, una de ellas es al momento de poner a prueba su maniobrabilidad. Es pequeña y de espejos grandes, pero las salpicaderas anchas y la vista de los faros desde el parabrisas —sí, los faros se ven desde el parabrisas— destantea a la hora de realizar maniobras de estacionamiento.

Hasta aquí, nada que una cámara de reversa y el paso de los años no puedan solucionar. El segundo inconveniente es el talón de Aquiles de todo SUV y crossover: el diámetro de giro. En ocasiones, habrá que realizar un par de maniobras extra en el estacionamiento —y tener buen cálculo— para salir de ciertos espacios.

El Nissan Juke reacciona con agilidad, pero no deja de conducirse como un crossover.
Nissan Juke 5

Turbo lover

Lo mejor del Nissan Juke vive bajo su cofre. Su motor turbo le permite acelerar y rebasar como pocos crossover en el mercado.

Ahora bien, a nivel conducción, el Nissan Juke también se percibe como un crossover. Ágil, pero como crossover. Las sensaciones de manejo pueden interpretarse como la conducción de un auto deportivo y la de un crossover que no quiere desapegarse de su tendencia a la comodidad.

La marca acertó al inyectar al Juke elementos deportivos como un diseño inspirado en los coupés de la casa, tres modos de conducción que alteran la respuesta del acelerador, de la caja y de la dirección, un motor turbocargado y el mismo volante que el Nissan 370Z. Sin embargo, la elevada posición de manejo, la suspensión que tira hacia lo blando y la caja CVT rompen con parte de las pasiones que el Juke es capaz de liberar.

Al realizar movimientos en los que se demanda agilidad, el Juke se comporta a la altura, pero en ningún momento se pierde la sensación de estar conduciendo una camioneta. Eso sí, el motor responde como pocos en el segmento. Desarrolla 188 caballos de fuerza y 177 lb-pie de torque, existe cierto turbo-lag, pero pasando de las 2,000 revoluciones se puede ganar velocidad con gran facilidad.

Con esta fuente de poder, el Nissan Juke alcanza los 100 km/h en 10.8 segundos, una cifra sobresaliente para un modelo de esta categoría. Realizar rebases es muy sencillo, sobre todo al conducir en modo Sport. Para este tipo de acciones nos hubiera encantado contar con manetas de cambio al volante.

Continuará...

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