Por lo general, la misión del parabrisas en nuestro automóvil parece obvia y pasa completamente desapercibida, sin embargo, cumple muchas otras funciones más allá de aislarnos del exterior y protegernos del viento en contra o de otros agentes meteorológicos cuando nos desplazamos.
El parabrisas es una pieza prácticamente tan antigua como el coche mismo. Si bien los primeros vehículos de la historia carecían de parabrisas, el rápido aumento de las velocidades máximas de los vehículos obligó a sus diseñadores a colocar este escudo de seguridad entre el conductor y la intemperie.

Con el paso del tiempo y la evolución de la ingeniería automotriz, este elemento protector y de confort ha ido acumulando funciones más allá de las evidentes, como la estructural en la carrocería del coche, incrementando su rigidez.
A diferencia de un vidrio convencional, el parabrisas debe ofrecer una gran calidad óptica, eso significa que no puede distorsionar las imágenes en absoluto, al menos en las zonas principales de visión. Los parabrisas tienden a ser curvos y con formas muy precisas, y dichas curvaturas suponen muchas dificultades desde el punto de vista óptico, por lo que sus caras deben ser perfectamente paralelas en todos los puntos.

Ahora que ya sabes de la importancia de este componente en tu coche, también lo es el hecho de que conducir con el parabrisas roto en la CDMX no solo es ilegal, sino peligroso.
Un parabrisas roto, especialmente si el daño se encuentra del lado del conductor o se extiende lo suficiente como para afectar el campo visual, puede ser motivo de infracción. Lo mismo ocurre si está roto en su totalidad, si falta una parte o si presenta grietas que puedan expandirse en movimiento.

De acuerdo con el Artículo 40 del reglamento capitalino, “los conductores de vehículos deben cerciorarse de que su vehículo esté provisto de los siguientes elementos, de acuerdo a la naturaleza propia de cada vehículo”.
Pero la fracción II, inciso f, advierte que el parabrisas debe estar “en óptimas condiciones, que permita la visibilidad al interior y exterior del vehículo”. De modo que si tu coche tiene este desperfecto, lo ignoras y un agente de tránsito te sorprende, la sanción podría de ir de entre 5 a 10 veces la UMA (Unidad de Medida y Actualización) lo que se traduce entre 590 y 1,181 pesos.
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