Lindsey Thompson, una mujer residente de Knoxville, Tennessee, y su prometido, Larry Cole, acudieron en junio del año pasado a Cherokee Auto Sales, en North Knoxville, un concesionario de autos usados, para comprar un Ford Taurus blanco del año 2005.
El precio fijado del coche por el vendedor fue de 5,900 dólares y el arreglo fue que la pareja tenía que dejar 700 dólares y el resto a 12 mensualidades. El contrato de compra-venta establecía que el vehículo contaba con una garantía que cubría el tren motriz, los frenos y el aire acondicionado, entre otras cosas.
Todo pintaba de maravilla hasta que, en noviembre de 2023, el Ford Taurus comenzó a dar problemas después de cinco meses de propiedad por parte de la pareja. Como era de esperar, el coche fue remolcado hasta el concesionario Cherokee Auto Sales. De acuerdo con el medio local 6 ABC WATE, luego de 10 días de no tener noticias sobre su vehículo, la pareja regreso al sitio, sólo para descubrir que su Taurus blanco había sido vendido.
Lindsey Thompson señaló que el auto estaba a su nombre y que no tenía idea de por qué no se lo devolvieron. En los cinco meses que tuvo el auto, Thompson recorrió más de 19 mil kilómetros en el auto y nunca dejó de pagar sus mensualidades.
Por su puesto que Linda está trabajando con un abogado de oficio para ver qué se puede hacer para recuperar su dinero. Los registros bancarios y la factura de venta del concesionario indican que ya había invertido casi 2,700 dólares en el automóvil que solo condujo durante cinco meses. "Solo quiero que me devuelvan mi dinero o un auto", sentenció.
