En los últimos meses seguramente has escuchado mucho acerca de la llegada de nuevas marcas chinas de autos a México. Te tengo noticias: seguirás escuchándolo, y quizá sea momento de aceptar que probablemente tu próximo auto sea chino. Las marcas “de toda la vida” están abandonando las categorías más accesibles, o bien, están optando por tecnología de origen chino, aunque sus logos —y precio— te sugieran otra cosa. Hablémoslo con calma.
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Los autos “de toda la vida” son cada vez mejores… y más caros
No es coincidencia que en pocos meses se haya anunciado la llegada de tantas marcas nuevas en nuestro país, todas de origen chino. Las marcas “de toda la vida” como General Motors, Ford o Volkswagen están haciendo autos cada vez más avanzados, pero también más costosos, tanto por su tecnología, como por todo lo que implica fabricarlos.
Las regulaciones que debe cumplir una marca para fabricar autos en EE. UU. o Europa se han vuelto más exigentes en los últimos años, y el costo lo termina pagando —adivinaste— el consumidor. Ya lo decía Carlos Tavares, CEO de Stellantis, cuando mencionaba que sus marcas (Peugeot, Alfa Romeo, Fiat, Jeep, etc.) no podían hacer frente a fabricantes chinos, capaces de crear un modelo de características similares a los suyos, pero a mitad de precio. Fabricar en China es mucho más barato.
A los costos de fabricación se suman las tendencias del mercado, alineadas al capricho del consumidor de los mercados más importantes, y a ambiciosos objetivos de reducción de emisiones contaminantes. Los autos pequeños y accesibles están desapareciendo porque ya no son rentables para muchas marcas, e incluso modelos que parecían invencibles hoy han cedido su lugar a un SUV o a un vehículo eléctrico. ¿Ejemplos? El Volkswagen Golf pierde fuerza en favor de T-Roc y de ID.3, mientras Ford decide dejar de producir Fiesta y Focus para centrarse en vehículos eléctricos y venderle una fábrica a una marca china. Renault transforma al Mégane en un SUV eléctrico y SEAT invierte en la electrificación de su fábrica en España, poniendo en dudas el futuro de Ibiza.
Regiones como Europa o Estados Unidos tienen la solvencia económica para afrontar ese cambio, que en buena medida sólo responde a lo que pide el consumidor. Por ejemplo, el modelo más barato de General Motors en EE. UU. hoy es el Trax; si así fuera en México, muchas personas no podrían permitirse un auto nuevo, por eso Chevrolet vende siete vehículos más baratos que Trax en México. Y sí, de esos siete, seis provienen de China.
El presupuesto del grueso de la población para comprar un auto en México es modesto en comparación con otras regiones del mundo. Si las marcas no quieren perder a esos clientes —y llevar a sus concesionarios a la bancarrota—, tendrán que buscar alternativas. En algunos casos desarrollan modelos específicos para la región, como Volkswagen, Toyota y Fiat, que venden modelos con tecnología propia, pero muy diferentes a lo que ofrecen en Europa o Estados Unidos. Otros casos, como los de Dodge Journey, Ford Territory o muchos Chevrolet es que crean alianzas con marcas chinas y traen modelos desarrollados por terceros, pero adaptados a México. De cualquier modo, el mercado de gama baja y media ha hecho un hueco que las marcas chinas han sabido aprovechar.
Quizá tu siguiente auto sea chino... y no lo sepas
Con cada vez menos marcas “de toda la vida” ofreciendo modelos propios de bajo costo, es muy probable que tu próximo auto involucre a China. Tendrás alternativas, pero tampoco tantas. De hecho, de los 633,087 autos que se han vendido este año, 120,254 provienen de China. Es un 19%. O dicho de otro modo, uno de cada cinco autos que se han vendido en México en 2023 provienen de China. Y la tendencia recién comienza.
Nuevas marcas de origen chino abarrotarán las categorías de gama media y baja en México, pero también marcas de alto nivel echarán mano de China, sin que tengas que saberlo. Por ejemplo, CUPRA Tavascan y BMW iX3 tienen tecnología de CUPRA y de BMW, respectivamente, pero se producen en China; o casos más drásticos, como el Volvo EX30, diseñado en Suecia, pero con tecnología y fabricación proveniente de China —no muy diferente a lo que hace MG, con diseño británico y todo lo demás chino.
Las marcas globales que fabriquen en China lo harán apegadas a sus estándares internacionales, pero utilizarán al gigante asiático como punto de manufactura por un mero tema de conveniencia económica, con poca influencia en la calidad.
En cambio, las marcas chinas que han llegado —y las que quedan por llegar— tienen un largo camino por recorrer para construir su reputación. ¿Recuerdas lo básicos que eran Atos o Verna coreanos? Hoy Grand i10 y KIA Rio son mucho más convincentes. Más o menos a ese ritmo han evolucionado los autos chinos. Sus acabados, su diseño, su tecnología y hasta su manejo han llegado a un buen nivel. Su desafío está en demostrar que son confiables y durables, pero eso sólo el tiempo lo dirá.
