Nuevo nombre, mayor refinamiento y cambios estéticos pequeñísimos. En eso se resume la actualización del SUV más grande de la familia Mercedes-Benz, al que a partir de ahora tendrás que llamar GLS —antes era sólo GL.
Por fuera, está más que claro que el Mercedes-Benz GLS no es ningún modelo nuevo, sino un facelift del GL presentado en 2013. Al frente recibe más detalles cromados, faros más atractivos y nuevas tomas de aire, muy al estilo de los nuevos sedanes de la casa. En la trasera los cambios son aún más sutiles; apenas cambia la configuración interna de las calaveras.
Lo más relevante se vive en el habitáculo. El Mercedes-Benz GLS estrena tablero, de trazos más redondos y refinados, con la nueva pantalla tipo tablet al centro. Entre lo más destacado del equipamiento, está el control por touchpad, iluminación ambiental y aire acondicionado con sistema de ionización de aire.
El Mercedes-Benz GLS es el SUV más grande de la casa. Puede transportar hasta a 7 pasajeros.
En Norteamérica estará disponible con cuatro motores. El de prestaciones más modestas es el del GLS450, un V6 biturbo de 3.0 litros de 362 hp y 369 lb-pie. Le sigue el GLS550, que gana 20 hp respecto a su predecesor —ahora 455 hp— y entreta 516 lb-pie. El más potente de los motores de gasolina está destinado para el Mercedes-AMG GLS63, con 577 hp y 561 lb-pie. En el campo de los diésel, se ofrecerá el GLS350d con un V6 de 255 hp y un torque de 455 lb-pie.
No tenemos fecha de su llegada a México, pero deberá hacerlo durante los primeros meses del próximo año. En Estados Unidos comenzará a venderse en diciembre de este año, y las primeras entregas se realizarán en marzo.
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