Unos científicos enseñaron a conducir a unas ratas. Lo fascinante no es eso, sino que a las ratas les encanta

Unos científicos enseñaron a conducir a unas ratas. Lo fascinante no es eso, sino que a las ratas les encanta
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Si alguna vez has escuchado el refrán que dice que lo importante no es el destino sino el viaje, un estudio científico parece haberlo comprobado por medio, sí, de ratas a las que enseñaron a conducir.

La Dra. Kelly Lambert, profesora de neurociencias del comportamiento en la Universidad de Richmond, en Estados Unidos, dirigió la investigación, en la que lleva trabajando desde 2020. El experimento consistió en meter a ratones de laboratorio en pequeños carritos para que los condujeran rumbo a la recompensa: unos aritos de cereal Froot Loops.

Inicialmente, dijo la investigadora en un ensayo para The Conversation, los cochecitos eran rudimentarios, hechos de cajas de cartón y un alambre que activaba el acelerador. Pero pronto evolucionaron a ROVs (siglas en inglés para Vehículos Operados por Roedores), carritos más sofisticados con un habitáculo y una especie de volante para orientarlos al frente o a los lados.

“Si bien no podemos preguntar directamente a las ratas si les gusta conducir, ideamos una prueba de comportamiento para evaluar su motivación para conducir”, dijo la doctora a cargo del proyecto.

Según el reporte, las ratas tenían dos rutas para llegar a su recompensa de cereales: una corta y otra que incluía desviaciones y un trayecto más largo. Para sorpresa de los científicos, dos de cada tres ratas tomaron la ruta más larga para llegar a su destino.

Además de esta aparente decisión consciente por parte de los roedores, los investigadores notaron que los ratoncitos movían o enroscaban la cola en anticipación cuando tocaba la hora de meterlos en los vehículos. De acuerdo con colegas universitarios, esta respuesta está asociada con un subidón de dopamina, señal de que los ratones disfrutaban manejar sus carritos, además de simplemente el destino en forma de comida.

En su momento, los experimentos dieron pie al ensayo científico titulado “La exposición a un entorno enriquecido acelera las habilidades de conducción de los roedores”, que a su vez ha dado pie a nuevos estudios por parte de Lambert y sus científicos asociados.

Ultimadamente, la investigación de las ratas conductoras tenía como objetivo inspirar líneas de investigación sobre el comportamiento humano. En especial, sobre el estudio de las experiencias positivas y su impacto en el cerebro.

“En lugar de presionar botones para obtener recompensas instantáneas, nos recuerdan que planificar, anticipar y disfrutar el viaje puede ser la clave para un cerebro sano. Esa es una lección que mis ratas de laboratorio me han enseñado bien”, concluyó Lambert.

Imagen: Kelly Lambert, CC BY-ND

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