Hay autos que todo el mundo reconoce. El Wrangler es uno. Si te dicen "mi amigo tiene un Jeep", es altamente probable que se refieran a ese. A lo largo de las décadas, este 4x4 ha sobrevivido sin modificar demasiado su fórmula, pero adaptándose a lo último del momento. Hoy, lo "del momento" es la electrificación. Así, el todoterreno más icónico lanza una versión híbrida enchufable en México, y ya pudimos probarla.
El Jeep Wrangler es alto, grande y pesado. Es la antítesis de todo lo que un auto eficiente busca ser. El apellido 4xe, que hace gala de su tecnología híbrida enchufable, le saca su lado más verde. Tan verde como un vehículo de este calibre pueda serlo.
Bien empleado, el Wrangler 4xe podría circular perfectamente sin usar gasolina. Tiene una batería con capacidad de 17 kWh, que le alcanza para recorrer 34 km en modo eléctrico. Suena a poco, sobre todo comparado con otros SUV híbridos enchufables, pero ojo, aquí estamos cargando con el peso de todo su hardware todoterreno. 34 km son suficientes para el trayecto diario de la mayoría de las personas que, al llegar a casa, pueden dejarlo conectado por la noche.
Está claro que quien quiere salvar al planeta no miraría jamás a este tipo de vehículos. Lo que propone el Wrangler 4xe, en realidad, es aportar una opción de menores emisiones para quien quiera —o requiera— un todoterreno. Dicho todo esto, hablemos de desempeño.
Un Jeep que no escatima en nada
Para moverse, el Jeep Wrangler 4xe combina un motor turbo de 2.0 litros con un propulsor eléctrico, para generar un total de 375 hp y 470 lb-pie. No es ni explosivo ni lento. La potencia le queda a la medida, con la ventaja de la respuesta instantánea del motor eléctrico, que se traduce en una reacción más inmediata del acelerador.
Tiene diferentes modos de manejo. Puedes, por ejemplo, llevarlo voluntariamente en modo completamente eléctrico hasta que se agote la batería. En ciudad me parece el modo ideal. Una vez que la carga se agota, puede funcionar como un híbrido normal combinando el motor de gasolina con el eléctrico. También puedes optar por dejar la propulsión eléctrica reservada para otro momento y operar únicamente con el motor de gasolina.
Más allá de esas peculiaridades, al volante es exactamente como cualquier otro Wrangler. No es una gacela en las curvas, pero se apoya correctamente para tratarse de un 4x4. Es cómodo en carretera y relativamente bien aislado del ruido para tener una carrocería tan versátil. Le puedes desmontar puertas o techo para vivir una experiencia al aire libre. Si me lo preguntas, que se cuele un poco de ruido del exterior con el vehículo totalmente armado es el precio justo a pagar por tener la posibilidad de vivir la experiencia al aire libre.
Luego está la capacidad todoterreno. Su expertise. El Wrangler tiene caja reductora, bloqueo de diferencial y amplios ángulos de ataque y de salida para poder enfrentarse a obstáculos donde incluso otros todoterreno sufrirían. Es de los modelos más especializados para caminos difíciles. Con las suspensiones que trae de serie ya es muy capaz, pero su grado de personalización es amplísimo.
Equipamiento de alto nivel
El Wrangler 4xe llega a México basado en la versión Sahara Unlimited, cuyo equipamiento es muy completo. Entre lo más destacado se encuentra una nueva pantalla de 12.3" con una interfaz de infotenimiento completa, que además incluye herramientas off-road. Hay programas de manejo para cuando dejas el vehículo en valet, un buen sistema de sonido, llave inteligente, espejo retrovisor electrocrómico, sensor de luz y de lluvia y todo un abanico de asistencias avanzadas de manejo.
El Jeep Wrangler 4xe ya está disponible en México, con un precio de 1,399,900 pesos. No es la opción más económica de la gama, pero sí la que resuelve uno de los principales pegados de cualquier Jeep: el alto consumo de gasolina. ¿Gasta mucha electricidad? Sí. 34 km de autonomía para una batería de 17 kWh es un consumo alto, pero tiene la ventaja de no tener emisiones directas del escape y que el costo de recarga de electricidad es menor al de gasolina.