Toyota Corolla 2020, a prueba: el caballito de batalla rompe el molde
El Toyota Corolla ha sido el caballito de batalla de millones de familias por más de 50 años. La fama de cómodo y confiable lo ha mantenido relevante por décadas, sin embargo, el éxito en nuestros días requiere nuevos atributos. El modelo 2020 gana personalidad sin renunciar a eso que lo ha llevado al estrellato. ¿El resultado convence? Lo pusimos a prueba.
La faceta más agresiva de Corolla
Como es habitual en Toyota, el frente de sus autos cambia según la versión seleccionada. El que ves en las fotografías corresponde al Corolla SE, el de espíritu más deportivo y que representa el tope de gama. Su fascia la domina una enorme parrilla de acabado tipo panal, con un par de piezas plásticas que simulan tomas de aire a los costados.
El diseño de faros y calaveras es universal para todas las versiones del Toyota Corolla. Me gusta que el dibujo de sus LED al frente no se parece a ningún otro modelo que esté actualmente en las calles. La trasera sigue la tendencia de calaveras unidas por una pieza horizontal a lo largo de la tapa de la cajuela y refleja su intención deportiva en un pequeño difusor, salida dual de escape y reflectores que simulan salidas de aire.
Quizá el Toyota Corolla 2020 no sean un auto revolucionario en términos de diseño, pero se agradece que la firma japonesa decidiera romper el molde y arriesgarse a dejar atrás un rostro discreto, para aventurarse a hacer algo distinto.
Una cabina minimalista de calidad mejorada
La evolución de esta 12ª generación en términos de calidad es evidente. Sus acabados está muy bien logrados, quizá no lo suficiente para considerarlo el referente del segmento compacto —porque otro japonés puso la vara muy alta— pero sí deja muy buen sabor de boca, sobre todo al mirar a la generación anterior.
Los ajustes entre piezas lucen sólidos y la mayoría de las superficies son acolchadas. No hay un solo material en el tablero que parezca económico. Incluso parte de los paneles de las puertas reciben su dotación de superficies suaves.
La consola central se decora con acabados en negro brillante. Bonito, sí, aunque no nos parece tan buena idea considerando lo fácil que es rayarlo. En esta zona nos hubiera gustado algo más de espacios para colocar objetos; sólo hay dos portavasos y un pequeño descansabrazos —que, por cierto, no es corredizo. Los revisteros en puertas también son algo reducidos.
¿El equipamiento justifica el precio?
Desde la perspectiva de confort, el equipamiento que incluye la versión más equipada del Toyota Corolla 2020 es completo. Me gusta el tamaño de la pantalla táctil y que se haya incluido un cargador inalámbrico para smartphones. También tenemos climatizador automático —de una zona—, llave inteligente, espejo retrovisor electrocromático, quemacocos y una generosa pantalla a color en el cuadro de instrumentos.
Por los $419,900 que cuesta esta versión, nos parece extraño que el freno de estacionamiento todavía sea mecánico —en la versión híbrida sí es eléctrico— y que no se haya incluido monitor de punto ciego. Si además tomamos en cuenta lo similar de su precio con Mazda 3 o Volkswagen Jetta, podríamos esperar asientos con calefacción/ventilación o un sistema de sonido firmado por una empresa especializada —como JBL.
En la parte trasera el espacio es correcto. El auto mantiene su distancia entre ejes a pesar de ser una nueva generación y de utilizar una nueva plataforma. No destacará por ser el compacto más amplio, pero hay suficiente lugar para piernas y cabeza. En la segunda fila lo único que queda a deber son salidas de aire acondicionado y algún puerto USB de carga.
Al volante es cómodo y de buenos modales
Este Corolla rojo no es el primero que conduzco de la nueva generación. En diciembre pude traerlo de aquí para allá en versión hatchback durante algunos días en Los Ángeles. Ese primer contacto me dejó muy buen sabor de boca. De hecho, pasando por las curvas de la carretera del Bosque Nacional de Los Ángeles, notaba cómo se dibujaba una sonrisa en mi rostro... y luego recordé, con algo de sorpresa, que era un Corolla.
Ahora que le pongo las manos encima en México, siento algunas diferencias. En esencia es el mismo auto. Lo que disfruté del hatchback fue lo directo que se sentía en curvas, a pesar de la suspensión blanda. Revisé las especificaciones y se debe, básicamente, a que ese modelo llevaba una pulgadas más de rines y llantas de perfil más bajo.
Esa sutil diferencia apaga la chispa deportiva para la versión a la venta en México, pero aporta muchísimo al confort. Lo suave de la suspensión se entiende de maravilla con asfalto maltratado; caes en un bache y no duele. Entendiendo el perfil del cliente, la configuración del auto para México me parece correcta.
En curvas, el Toyota Corolla 2020 se desenvuelve correctamente. Lo blando de la suspensión se traduce en algo de subviraje, y ciertamente no se siente como un auto deportivo, pero aún cuando entramos pasados de velocidad a una curva o debemos cerrar la trayectoria a mitad de nuestro paso, el auto mantiene la compostura.
Ahora bien, hablemos del motor. La versión SE es la única con un bloque de 2.0 litros de 168 hp y 148 lb-pie; el resto llevan uno de 1.8 litros de 140 hp. El motor le sienta a la medida; ni le sobra potencia ni se siente lento o pesado. Cumple con lo que puede exigir el cliente de un vehículo compacto.
De su configuración mecánica, lo que vale la pena destacar es la transmisión CVT: me gusta y a la vez no. No me gusta porque sé que una caja automática tradicional ayudaría a exprimir mejor la capacidad dinámica del motor, pero me gusta porque la mayor parte del tiempo olvidas que se trata de una transmisión CVT. No se estanca en algún rango de revoluciones y simula bien los cambios, sobre todo los primeros.
En modo Sport es capaz de sostener el cambio y permite estirar el cambio más allá de las 3,000 revoluciones del modo Normal. Lo equilibrado de la transmisión permite salir bien librado de situaciones en que requerimos la fuerza del motor, pero también cuidar los cambios para mantener un buen rendimiento de combustible. En ciudad promediamos 10.5 km/l.
Competente, pero el Corolla más interesante es otro
El Toyota Corolla 2020 tiene un rango de precios de $310,900 a $419,900. La versión SE se ubica a un precio peligroso. Desde el punto de vista de manejo y calidad, vale la pena, pero costando lo que cuesta, las ausencias en el equipamiento pueden inclinar la balanza hacia algunos de sus rivales.
¿Para quién es Corolla? Para quien quiera un auto confiable, cómodo y seguro, y que busque rendimiento por encima de prestaciones, en un compacto que no se pierda en la monotonía de un utilitario.
La propuesta del Corolla SE me parece buena, aunque no brillante. El valor lo veo mucho más claro en la versión Hybrid, que cuesta $5,000 menos, está casi igual de equipado y ofrece un nivel de rendimiento de combustible que no tiene ningún otro compacto actualmente. A mi parecer, ese es el Corolla que hay que comprar.
8.1
A favor
- La conducción es muy cómoda.
- Casi todo el tiempo olvidas que la transmisión es CVT.
- Los acabados mejoran mucho respecto al Corolla anterior.
En contra
- No cuenta con monitor de punto ciego.
- Hay pocos espacios para guardar objetos.
- Falta compatibilidad con Android Auto.
Toyota Corolla SE
$419,900
- Motor: 4 cilindros de 2.0 litros
- Potencia máxima: 168 hp @ 6,600 rpm
- Par máximo: 148 lb-pie @ 4,400 rpm
- Transmisión: Automática CVT
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,315 kg
- Velocidad máxima: N.D.
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 11.8 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente multibrazo
- Longitud: 4,650 mm
- Cajuela: 370 litros
- Consumo en ciudad: 10.6 km/l
- Consumo en carretera': 17.0 km/l
- Consumo combinado': 14.4 km/l
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 50 litros
' Cifras publicadas por la EPA
