Tesla con gasolina nos dejan una gran lección: aún hay miedo a quedarse sin batería y a abandonar el combustible

Pablo Monroy

Cada vez es más común observar videos en redes sociales de dueños de autos eléctricos, en particular de Tesla, que colocan tanto en el interior de la cajuela, como fuera de ella, generadores eléctricos a gasolina.

En ese sentido, recientemente, el dueño de un Tesla Model Y instaló un generador de gasolina en la parte trasera de su coche para no quedarse tirado, pues está intentando explorar la Asia rural, así entendemos por qué el propietario de un vehículo eléctrico recurrió a este método.

Lo hizo para controlar la ansiedad por la autonomía, y no es mala idea, pues quería visitar el mirador del Monte Everest en el condado de Lazi antes de recorrer las zonas deshabitadas del Tíbet. Pero claro, con este coche quizás no iba a poder lograrlo, así que decidió convertir su Model Y totalmente eléctrico en una especie de eléctrico de rango extendido.

Para ello, instaló un generador de gasolina en la parte trasera de su coche, con matrícula propia para cumplir con la ley, claro, y de esta forma no depender únicamente de la autonomía eléctrica del Model Y.

No es que el dueño del Tesla quisiera evitar las estaciones de carga para vehículos eléctricos, sino ayudar a que su coche siguiera funcionando en zonas remotas donde estos cargadores son escasos. Y es que las zonas pobladas de Estados Unidos y Europa, en su mayoría, ofrecen acceso al menos a algunos puntos de carga para vehículos eléctricos, pero en zonas remotas la historia es completamente diferente.

Ante ello, existe un planteamiento que ofrece todas las bondades de manejar un coche eléctrico sin que la ansiedad por la autonomía o por la recarga de las baterías haga de las suyas.

Nos referimos a los autos eléctricos de rango extendido, que no son otra cosa que coches impulsados por motores eléctricos y alimentados por baterías, pero que, gracias a la acción de un motor a gasolina, escondido bajo el cofre, que únicamente funciona como generador de electricidad, llena de energía dichas baterías para no quedarse tirado en el camino.

Para los fabricantes, esta tecnología es importante porque es una cuestión de eficiencia, de consumo de gasolina. El hecho de que sean los motores eléctricos quienes mueven el coche es clave: un motor eléctrico convierte el 85% de la energía que consume en movimiento, mientras que en un motor gasolina esa proporción es inferior al 40%. Así, aunque acaben gastando gasolina, siempre será menos que si fuera un coche a gasolina o incluso que un híbrido enchufable.

Para el cliente, por su parte, tendría así acceso a un coche más barato que un eléctrico puro gracias a su batería mucho más pequeña (inferior a 40 kWh), con una autonomía eléctrica superior a los 100 km, carga rápida y un consumo de gasolina bastante inferior al de cualquier híbrido o híbrido enchufable.

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