Algunos economistas atribuyen a Henry Ford el mérito de haber impulsado a la clase media estadounidense en el siglo XX cuando, en enero de 1914, incrementó los salarios de 5 dólares, a más del doble, para una jornada laboral de ocho horas.
La propia decisión de Ford de duplicar los salarios en 1914 no fue altruista, sino más bien una estrategia para atraer una fuerza laboral estable, así como proporcionar un estímulo para que sus propios trabajadores pudieran permitirse comprar los productos Ford.
Decimos esto porque, desde que Jim Farley asumió el cargo de CEO de Ford, por allá en 2020, en el momento más álgido de la pandemia por covid-19, ha estado enfocado en llevar al mejor puerto a la firma del óvalo azul, sin olvidar el bienestar de sus trabajadores, retomando la fórmula del fundador de la compañía.
Farley reconoció la necesidad de hacer un cambio en sus lugares de trabajo, luego de hablar con empleados veteranos durante las negociaciones del contrato sindical, momento en el que se enteró que los empleados jóvenes de Ford estaban trabajando en varios trabajos y no dormían lo suficiente, debido a los bajos salarios, explicó el directivo en una entrevista con el periodista y biógrafo Walter Isaacson, en el marco del Aspen Ideas Festival.
“Los trabajadores mayores que habían estado en la empresa dijeron: 'Ninguno de los jóvenes quiere trabajar aquí. Jim, pagas 17 dólares la hora, y están muy estresados'”, compartió Farley, quien se enteró que algunos trabajadores también trabajaban en Amazon, donde trabajaban ocho horas antes de incorporarse a un turno de siete horas en Ford, durmiendo solo tres o cuatro horas.
Como resultado, la empresa convirtió a los trabajadores temporales en empleados de tiempo completo, lo que les permitió acceder a salarios más altos, participación en las ganancias y mejor cobertura médica.
La transición se detalló en las negociaciones contractuales de 2019, con el sindicato United Auto Workers, y los trabajadores temporales pudieron convertirse en empleados de tiempo completo tras dos años de empleo continuo en Ford.
“No fue fácil. Fue costoso. Pero creo que ese es el tipo de cambios que necesitamos hacer en nuestro país. Hago esto porque quiero que mis trabajadores de fábrica compren mis coches. Si ganan suficiente dinero, comprarán mi propio producto. Es una profecía autocumplida, en cierto modo.
“Nuestros gobiernos deben tomarse muy en serio la inversión en escuelas de oficios y oficios especializados. En Alemania, cada uno de nuestros trabajadores de fábrica tiene un aprendiz desde la secundaria. Cada uno de esos puestos cuenta con una persona capacitada durante ocho años.
“No nos quedaremos con la esperanza de que mejore. Después de 120 años, contamos con los recursos y la experiencia para resolver estos problemas, pero necesitamos más ayuda de otros”, indicó Farley.