Este auto se abre como si fuera un refrigerador y no es coincidencia: lo creó una empresa de electrodomésticos y fue todo un éxito

Pablo Monroy

Tal y como ha sucedido con otros coches de otras marcas, el Isetta fue el salvador para BMW en la década de 1950. La producción de motocicletas había disminuido, mientras que en el sector automotriz, los vehículos grandes como los 503 y 507 representaban una actividad compleja en términos de manufactura.

Por lo tanto, BMW necesitaba un nuevo modelo sin tener que pagar los grandes costos de desarrollo que eso conlleva y encontró la solución en el Salón del Automóvil de Turín de 1954, en el stand de Iso Rivolta, fabricante italiano de refrigeradores y minicoches: un triciclo con una gran puerta de entrada frontal, el Iso Isetta. Sin perder mucho tiempo, la delegación de BMW adquirió los derechos de licencia del Isetta y de las instalaciones de producción.

Por supuesto que fue necesario realizar algunos ajustes en este pequeño vehículo. BMW tuvo que refinar el motor y el chasis. El BMW Isetta 250 de cuatro tiempos y un solo cilindro, con 250 cc, proveniente de la motocicleta R25, calibrado para ofrecer un funcionamiento más suave, generaba 12 caballos de fuerza al inicio de la producción, en 1955.

En cuanto al chasis, mientras que el vehículo original tenía tres ruedas, el Isetta de la firma alemana salió de la línea de producción con cuatro ruedas. En 1956, BMW incrementó la cilindrada hasta 300 cc, con lo que la potencia mejoró hasta los 13 hp en el denominado Isetta 300. En ambas versiones, el vehículo alcanzó una velocidad máxima de 85 km/h.

Gracias a una longitud de sólo 2.28 metros y un peso ligero de 350 kilos, era más ágil y flexible que casi cualquier otro vehículo de su época. Además, dos pasajeros adultos podían sentarse uno al lado del otro, algo que ningún otro micro auto podía ofrecer en ese momento.

Otra de las grandes características de este modelo fue la apertura de la puerta de entrada frontal, estilo refrigerador, que permitía subirse al auto con mayor comodidad, aunque fue necesario implementar soluciones de ingeniería para que fuera funcional. En ese sentido, el volante y la columna de dirección giraban con la puerta hacia un lado cuando se abría.

Además de ello, todos los Isettas equipaban un techo de tela, no porque fuera capricho del cliente, sino porque era obligatoria una salida de emergencia debido al acceso por la puerta principal.

Para BMW, el Isetta se convirtió en el bestseller que la empresa necesitaba con urgencia. Por un precio inicial de 2,550 marcos alemanes, equivalentes hoy a cerca de 28 mil pesos, muchos pudieron comprarlo. Además, los conductores de este microcoche no necesitaban la costosa licencia de conducir en ese momento, pues con una licencia para motocicleta era suficiente.

Con 10,000 unidades vendidas en su primer año de comercialización, el Isetta cumplió con su misión. Un total de 161,728 unidades se vendieron en ocho años de producción y hoy en día sigue siendo uno de los coches de un solo cilindro más exitosos alrededor del mundo. Con el cese de la producción en 1962, el tiempo de los micro autos terminó pues, ante una prosperidad creciente, los coches grandes ocupaban ahora la demanda.

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