SEAT Ibiza FR turbo, a prueba: barato no es, ¿qué tal está?

He sido fan del SEAT Ibiza desde que tengo memoria. No me escondo. Me gusta cómo se ve, cómo se siente y cómo se maneja. Por eso no debería sorprenderte que me emocionara cuando supe del regreso del motor turbo a México. Los días que lo he tenido en mi garaje han bastado para descubrir sus aciertos y, con la autoridad que me otorgué a mí mismo como fanático de este modelo, recriminarle todo lo que hizo falta. ¿El SEAT Ibiza FR turbo es tan bueno como lo sugiere su precio?

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SEAT Ibiza FR 1.0 TSI

$467,900

  • Motor: 3 cilindros turbo de 1.0 litro
  • Potencia: 115 hp @ 5,000 rpm
  • Par: 148 lb-pie @ 2,000 rpm
  • Transmisión: Manual de 6 vels.
  • Tracción: Delantera
  • Frenos: Disco / disco
  • Peso: 1,155 kg
  • Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
  • Suspensión trasera: Barra de torsión
  • Longitud: 4,059 mm
  • Cajuela: 355 litros
  • Consumo en ciudad: 13.2 km/l
  • Capacidad del tanque: 40 litros
  • Fabricado en: España

El motor turbo de 1.0 litro se va y regresa a la gama del Ibiza en México como si se tratara de tu ex. No es la primera vez que este motor está disponible y estoy seguro de que tampoco será la última, pero sí es la primera vez que vuelve al SEAT Ibiza tras su actualización.

Hace poco más de un año, este hatchback de origen español fue renovado. No hubo cambios importantes en el diseño, pero sí una transformación al interior. Ya llegaremos a eso. Antes demos un repaso rápido a la apariencia de esta versión.

Su diseño ya es bien conocido, con detalles muy SEAT como la iluminación de LED triangular al frente y en las calaveras, o la cintura bien marcada. Esta versión FR es la única disponible con motor turbo. Se viste con algunos detalles deportivos, como doble salida de escape simulada y un diseño específico de rines de 17”. Este Ibiza que me mandaron, en concreto, lleva algunos accesorios. Te habrás dado cuenta. Algunos son discretos como el alerón o el labio, otros no tanto, como el portaequipajes en el techo.

Una cabina muy completa, pero no exenta de ausencias

Como te decía, la renovación del Ibiza el año pasado se centró en los interiores. Seamos sinceros, era lo que le hacía falta. Con esa actualización se deshizo de los plásticos duros en el tablero, en favor de estas piezas de tacto gomoso y de nuevas texturas. Entre los hatchback de la categoría, es uno de los que más convencen en cuanto a refinamiento, quizá sólo por debajo del Peugeot 208.

Me gusta lo bien pensada que está la cabina. La posición de manejo es fácil de encontrar, la pantalla es fácil de leer y, a diferencia de León, no dependes completamente de la pantalla; aquí sí hay controles físicos para aire acondicionado, selector de modos de manejo y para desactivar el start & stop. En León todo eso se integra en la pantalla, y no es tan intuitivo. Ibiza lo resuelve mejor.

Esta versión cuesta 467,900 pesos. Es una etiqueta alta para un hatchback de esta talla, así que el equipamiento debería estar a la altura. En teoría. Lo que me gusta del SEAT Ibiza no es sólo lo que tiene, sino la forma en que lo hace. Me explico: hay cosas que no se ven en la ficha técnica. Se puede hablar de un cuadro de instrumentos digital, pero no de lo versátil que es o de la calidad de los gráficos; incluso se pueden mencionar sensores de estacionamiento, pero en algunos autos sólo se escucha un pitido, aquí hay referencias visuales en la pantalla.

Al final, esos detalles tan cuidados cuestan, y quien esté dispuesto a pagarlos, lo valorará. La interfaz de infotenimiento está muy bien cuidada, es fluida y con una pantalla de muy buena resolución, con acabado Gorilla Glass. Lo mismo sucede con la sensación de calidad del volante, e incluso la ilumincaión ambiental, que por las noches se atenúa al poner las direccionales para no provocar reflejos incómodos en los cristales.

En Ibiza también hay detalles de equipamiento poco comunes en la categoría, como espejo retrovisor electrocrómico, sistema de sonido Beats o sensor de lluvia. Es un auto muy completo, por lo que tiene y por lo que hace con lo que tiene, pero costando lo que cuesta, no debería haber lugares para ausencias. Y las hay.

En primer lugar, un descansabrazos; en segundo, y más importante, asistencias avanzadas de manejo. La cabina del Ibiza acierta en calidad, en comodidad y en conectividad, pero deja descubierto el flanco de la tecnología avanzada de seguridad. Ibiza está volando entre lo más alto en la categoría de los hatchback subcompactos, y a este nivel, tecnologías como monitor de punto ciego o freno autónomo de emergencia ya empiezan a ver ser comunes. Me hace ruido que Ibiza no las ofrezca.

El motor turbo sí marca una diferencia al resto de los Ibiza

El manejo es, quizá, mi aspecto favorito de toda la vida en SEAT Ibiza. No ha habido generación que no proponga una conducción con chispa. El modelo actual sazona todo con este motor turbo de 1.0 litro y tres cilindros. Desarrolla 115 hp y 148 lb-pie, y está disponible únicamente con transmisión manual de seis velocidades.

Con esos números está claro que Ibiza no pretende ser un coche deportivo, pero sí un hatchback de sensaciones divertidas. Este motor lo vuelve más ágil que las versiones con motor de 1.6 litros porque hay más par y porque, gracias al turbo, no pierde potencia con la altitud. En CDMX un motor que no es turbo pierde el 22% de su poder.

Probablemente te estés preguntando cómo se siente el turbo, porque este mismo motor lo hemos probado en Nivus, en Virtus y en Taigun, y se nota un turbolag al arrancar o tras pasar topes. En Ibiza está mejor logrado. Persiste la sensación, sí, pero el hecho de llevar con caja manual nos permite explotar mejor el lado dinámico de este motor. El turbolag es mucho más ligero al arrancar desde cero, pero debes tener en cuenta que constantemente tendrás que ir jugando con cambios, porque si bajas de 2,000 revoluciones, se sentirá falto de energía.

Bastan un par de semanas al volante para acostumbrarse al mejor momento para hacer los cambios. Ibiza te los sugiere en el cuadro de instrumentos; yo te sugiero que lo ignores, porque lo hace pensando en el ahorro de combustible, pero habrá ocasiones en las que las necesidades del tráfico requieran algo más de punch por parte del motor, y quizá pasar de tercera a cuarta no sea la mejor idea.

La ventaja de un motor tan bipolar, que lo da todo o nada, es el consumo. Si vas por arriba de 2,000 revoluciones sentirás un auto juguetón y ágil; por debajo de ese rango no. Cuando lo que requieras no sea ganar velocidad, sino mantenerla, puedes poner quinta o sexta; sentirás un acelerador poco sensible, pero tendrás suficiente energía para mantener el ritmo y a cambio lograrás una conducción altamente eficiente, con consumos que rondan 13 km/l.

Finalmente, en términos de sensaciones, más allá del motor, Ibiza transmite mucha confianza. La suspensión es cómoda, pero con un puntito de firmeza que le da sabor europeo a su manejo y buena sensación de agilidad. Se apoya muy bien en curvas, la dirección es precisa y, en general, es un coche que complace a las personas que les gusta manejar, no sólo a los que simplemente buscan un coche cómodo y ya.

8.6

Acabados9
Seguridad8
Equipamiento9
Infotenimiento10
Manejo9
Motor8.5
Transmisión9
Consumo9
Espacio7
Precio7

A favor

  • El manejo es cómodo y divertido a partes iguales.
  • Los acabados interiores dejan buen sabor de boca.
  • El motor puede ser eficiente o rápido, según lo que necesitemos.

En contra

  • El turbolag obliga a jugar constantemente con los cambios.
  • No lleva asistencias avanzadas de manejo.
  • Es un Ibiza de 467,900 pesos.

Una compra 100% guiada por el corazón

Dicen que lo bueno cuesta, y el Ibiza FR turbo realmente es bueno, pero no sé si tanto como lo que cuesta. Entiendo que SEAT quiere ofrecer este FR turbo como “tributo” a los fans de Ibiza, esos a los que por muchos sedanes o SUV que les pongas enfrente, siempre optarán por un hatchback. Quizá por eso esta versión llega con tan poquitas unidades. Vienen tan solo 60 autos con esta configuración.

Está muy bien equipado, se maneja de maravilla y el motor turbo es muy interesante, pero su precio cercano al medio millón de pesos me parece alto. Ojo, que no es el único hatchback de esta talla que se atreve a pegarle a ese precio; el Peugeot 208 era todavía 30,000 pesos más caro, y sí, sumaba asistencias avanzadas, caja automática y algo más de potencia, pero si existiera una configuración similar a la de este Ibiza, estoy seguro que ese 208 no quedaría muy lejos de los mismos 467,900 de esta versión FR turbo.

Al final, los hatchback europeos se han vuelto casi coches de capricho en México. Por ese precio es lógico mejor mirar a modelos de categoría superior, como algunas versiones de Mazda3 o de KIA Forte Hatchbacks, o ahorrarse una buena cantidad y quedarse con un Suzuki Swift Sport, mucho menos refinado, pero más divertido; o un Mazda2, menos rápido, pero bien equipado. La cuestión es que hoy Ibiza no habla de lógica ni viene a convencer a nadie. Ibiza FR turbo tiene el ojo puesto en sus seguidores fieles, esos a los que sabe que no tiene que convencer porque no hace falta.

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