China está a punto de prohibir una de las características favoritas de los diseñadores de autos en los últimos años

Derivado de un preocupante patrón de accidentes mortales en los que los ocupantes y los rescatistas no pudieron abrir las puertas del vehículo tras una colisión, a partir de 2027, China prohibirá las manijas retráctiles eléctricas de las puertas, cada vez más comunes en los vehículos modernos.

De acuerdo con las nuevas reglas, todos los vehículos deberán tener manijas de puertas interiores y exteriores, con funciones de liberación mecánica, lo que garantice que puedan abrirse, incluso si falla la energía o el vehículo sufre daños graves.

Recordemos que el primer indicio del cambio en este apartado se produjo a mediados de este diciembre, cuando el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China incluyó la propuesta en un nuevo proyecto de reglamento, el cual exige que cualquier vehículo de pasajeros, con un peso inferior a 3.5 toneladas, utilice manijas de puerta que conserven su funcionalidad mecánica tras un accidente.

Sin duda, esto será un alivio para el personal de emergencia, que se ha enfrentado a desafíos cada vez mayores, para rescatar rápidamente a los pasajeros de los vehículos eléctricos más nuevos después de un impacto.

Las manijas retráctiles de las puertas eléctricas, presentes en modelos como el Tesla Model S y el BYD Seal, se han convertido en un sello distintivo del diseño contemporáneo de vehículos eléctricos en el gigante asiático. Las manijas de botón de Tesla, presentes en el Model 3 y el Model Y, pertenecen a la misma categoría.

Gran parte del atractivo proviene de la eficiencia aerodinámica que ofrecen estos diseños, lo que ayuda a los fabricantes a lograr mejoras en la autonomía, aunque marginales, pero al final, todo suma.

Sin embargo, desde 2024, se han registrado cada vez más quejas sobre estas manijas de las puertas. No sólo pueden tener dificultades para funcionar después de un choque, sino que también, pueden presentar problemas en climas fríos.

Por otro lado, esta prohibición en China tendría consecuencias a escala internacional. El país ha superado a Japón como el mayor exportador mundial de automóviles, y como las marcas nacionales se ven obligadas a abandonar estas marcas en el país, es probable que también extiendan los cambios a sus modelos de exportación.

De la misma manera, los fabricantes occidentales que venden vehículos en China pueden terminar rediseñando sus creaciones globales, para alinearlos a los nuevos estándares y optimizar los costos de producción.