BMW se adelanta a una inminente prohibición en Europa y anuncia que comenzará a sustituir la fibra de carbono en sus autos por un nuevo material de origen vegetal. Se trata de un compuesto a base de lino desarrollado por la empresa suiza Bcomp, que promete ser igual de ligero y resistente, pero mucho más amigable con el medio ambiente.
La decisión no solo responde a una tendencia hacia la sostenibilidad, sino también a una alerta regulatoria. La fibra de carbono tiene sus años contados, y la Unión Europea es la primera que examina prohibir su uso en automóviles a partir de 2029. Ahora se considera nociva para la salud y el medio ambiente, de manera similar a otros materiales de uso amplio de los que ahora se saben efectos nocivos, como el asbesto y los microplásticos.
En el caso de la fibra de carbono, los problemas vienen durante su desecho. Los filamentos de este material pueden generar microfragmentos peligrosos, comparables a microplásticos, que afectan tanto a la maquinaria como al cuerpo humano.
BMW lleva años preparando la transición. Desde 2019 colabora con Bcomp en competiciones como la Fórmula E y la DTM, donde ya probó piezas hechas con fibras naturales en condiciones extremas. Ahora, ese desarrollo se traslada a los autos de calle, empezando por modelos de alto rendimiento como el próximo BMW M3.
Uno de los primeros componentes que dejará la fibra de carbono será el techo, fabricado con un proceso industrial automatizado (RTM) que utiliza resinas moldeadas sobre las fibras de lino. Según BMW, esta sustitución reducirá en un 40% las emisiones de carbono durante su producción. El nuevo material también cumple con los estándares de seguridad, rigidez estructural y homologación para exteriores visibles.
“Esta tecnología de fibras naturales representa la esencia del ADN de BMW M: nacida en la pista, hecha para las calles”, dijo en un comunicado Franciscus van Meel, CEO de BMW M (de Motorsport).
La colaboración entre BMW y Bcomp surgió cuando la automotriz invirtió capital para escalar la producción de este material. A través de su fondo BMW i Ventures, hay casi una centena de emprendimientos en las industrias de manufactura, desarrollo de vehículos, sostenibilidad y otras categorías que han recibido millones de dólares en inversión.
La fibra de carbono, que hasta hace poco simbolizaba tecnología de punta, se encuentra ahora en la cuerda floja. Su uso todavía representa entre el 10% y 20% del mercado global de materiales compuestos, con un valor estimado de 5,480 millones de dólares en 2024. Sin embargo, su impacto ambiental podría sellar su destino en la industria automotriz.