El petróleo tiene que pasar a un segundo plano como propulsor de automóviles. Mucho se dice que las reservas mundiales se están agotando, pero nosotros como civiles, no tenemos acceso a esa información privilegiada.
Toyota, como suele suceder, es pionera de la energía alternativa y aunque en Japón y EEUU ya existen estaciones de carga de hidrógeno para autos particulares y comerciales, México está lejos de alcanzar esta meta, que siendo sinceros, debería de ser prioridad.
Génesis
Comencemos con una breve reseña del Toyota Mirai, el coche que nos inspiró en realizar este artículo. Así como lo es el Prius para los híbridos, Mirai es el primer coche impulsado únicamente por hidrógeno que se fabrica a nivel masivo. Decimos masivo, pero en realidad está hecho a mano en la misma planta japonesa (Motomochi) de donde salió el Lexus LFA, ¿lo recuerdan?
Ahora, la electricidad se produce por medio de electrólisis. Ok, no están solos si no recuerdan este proceso de cuando cursaron química en la secundaria. El nitrógeno (en estado líquido y presurizado) se combina con oxígeno capturado de la atmósfera, que se absorbe por medio de mallas de titanio. Los electrones del hidrógeno son separados y enviados a la celda de combustible como electricidad, esto da propulsión al coche. Por el otro lado, la molécula ionizada y combinada con el oxígeno (H20) enfrían la celda de combustible y continuan su camino como vapor de agua hacia el sistema de escape, misma que podrías beber si quisieras.
A grandes razgos, así funciona un Toyota Mirai, que en California, por ejemplo, cuesta 57,500 dólares (un millón 113 mil pesos), pero el estado te regresa 5 mil dólares, lo cual deja el precio en 52,500 dólares, mismo precio que un BMW M2 en ese país. Por este precio podrías comprar 2 Toyota Prius Prime o un Mercedes-Benz E300. La infraestructura está en constante crecimiento y se pretende que haya más de 100 estaciones de recarga disponibles antes de 2020, en California.
¿Y México?
Nuestro hermoso país está muy retrasado en cuanto a la comercialización de
Nos falta mucho, primero, completar el triángulo de demanda/infraestructura/incentivos fiscales, para hacerlo atractivo a un mercado exclusivo de clientes que pueden pagar 1 millón de pesos por su coche familiar. Segundo, que un coche así tenga la misma usabilidad que uno de combustión interna y para eso, hace falta una red de recarga en todo el país y, por último, exenciones de impuestos como tenencia, IVA e ISAN.
¿Híbrido, eléctrico o FCV?
En México, definitivamente el primero, valen la pena los privilegios como no pagar tenencia y una verificación única en 8 años. La red de cargadores eléctricos, aumenta con el paso del tiempo y en los siguientes 5 años será factible recargar en 1 hora mientras viajamos. Un FCV nos queda lejos, muy lejos todavía, pero es bueno echarles un vistazo para que conozcamos las alternativas. Son Toyota Mirai y Honda FCX Clarity los únicos coches 100% de hidrógeno hasta el momento, así como hasta el momento, sólo se puede tener uno que valga la pena en Japón o California.