Toyota Prius C, a prueba: así va el héroe de los kilómetros por quincena

Hay dos conceptos que la gente asocia con bajo consumo de combustible: coche pequeño y configuración híbrida. El Toyota Prius C es la mezcla de ambas ideas y no sólo eso, también se convierte en el auto híbrido más barato a la venta en México, con una promesa de ahorro que apantalla.

Sobre el papel se habla de un consumo promedio de 27.2 km/l en ciclo combinado. Estas cifras de laboratorio casi siempre difieren de lo que sucede en el día a día de cualquier ser humano sin bata ni instrumentos. ¿El Toyota Prius C es capaz de cumplir lo que promete en un escenario tan demandante como Ciudad de México? Lo hemos puesto a prueba.

La plataforma del Yaris para un coche 100% urbano

El Toyota Prius C nació en Estados Unidos en 2012 y ha atravesado ya por tres restylings; el más reciente, a finales del año pasado. Por tal motivo es que mantiene una apariencia fresca y muy al gusto de un cliente joven, con líneas fluidas y una paleta de colores muy llamativos, entre los que figuran tonos de naranja, verde, turquesa, azul, rojo y toda una escala de grises.

En ciudad es muy cómodo, pero en carretera de curvas su comportamiento es poco comunicativo.

La plataforma es compartida con el Toyota Yaris, no la versión tailandesa que se vende en México desde hace algunos años, sino el modelo original disponible en Europa. Su distancia entre ejes es apenas mayor y la puesta a punto varía ligeramente para adecuarse al gusto del cliente americano, pero el enfoque es exactamente el mismo: un hatchback nacido para la ciudad.

Su manejo pone en evidencia su concepción urbana. El esquema de suspensión es sumamente blando e ideal para cualquier tipo de asfalto: desde las calles mejor pavimentadas, hasta aquellas olvidadas por la alcaldía. Amortigua correctamente y resulta muy cómodo para el día a día, pero no está destinado para una conducción ágil.

El paquete de baterías es pequeño y no repercute en el peso del vehículo. Marca 1,150 kg en báscula.

Independientemente del propulsor, la puesta a punto del chasís está totalmente orientada hacia el manejo en ciudad. Sacándolo de su hábitat natural, la blandeza de la suspensión y la poca retroalimentación de la dirección desembocan en un comportamiento muy subvirante y poco comunicativo en zona de curvas en carretera. Podría pensarse que las baterías proporcionan un centro de gravedad bajo, sin embargo, su tamaño tan reducido no aporta suficiente peso para ponerlo en evidencia. Al final, el Toyota Prius C pesa lo mismo que cualquier otro coche de su categoría, 1,150 kg.

Un tema a revisar son los frenos. En detenciones de emergencia cumplen cabalmente con su propósito, pero el uso cotidiano es poco preciso. El pedal tiene un tacto esponjoso y el recorrido es más largo de lo deseado. Tal parece que el ahorro de costos se refleja en un sistema de frenado regenerativo poco pulido, que recupera energía correctamente, pero deja el pedal con una sensación extraña y lejos de lo que ofrece un Prius convencional.

No hay que ser expertos para obtener un buen rendimiento

Donde realmente sale a relucir el talento del Prius C es en el tráfico. El sistema híbrido es igual de inteligente que en su hermano mayor, pero en pequeño. Aprovecha los recursos que tiene para administrar correctamente la distribución de energía. En el peor de los escenarios, conseguimos 16.4 km/l; en el mejor, 26.3 km/l. La computadora de viaje se resetea cada vez que apagas el auto, pero guarda los tres récords de consumo: 71.4 km/l en un trayecto de 14 kilómetros y 34.4 km/l en otro de 35 kilómetros. ¡Brillante!

El motor eléctrico es silencioso, pero el de combustión produce muchas vibraciones y es ruidoso.

Obtener un buen rendimiento no requiere de grandes esfuerzos ni de educación excesiva al pie derecho. El motor eléctrico está muy presente en los arranques y funciona solo cuando dejamos que el coche se mueva por inercia; el motor de combustión rara vez actúa en solitario, pero no duda en entrar en acción tan pronto pisemos un poco más el acelerador.

Sus prestaciones son modestas y, a nuestro gusto, el motor de combustión es muy ruidoso y produce demasiadas vibraciones —imagínate, además va con transmisión CVT. Desarrolla 72 hp y, combinado con el eléctrico, el sistema híbrido llega a un total de 99 hp y 125 lb-pie, suficientes para casi toda circunstancia.

Son sólo 99 hp, pero se mueve como cualquier otro hatchback de su tamaño

El Toyota Prius C acelera como cualquier otro auto del segmento y adolece de la misma falta de ímpetu en ascenso de pendientes. Nada preocupante, lo hace igual que un Polo, un Yaris, un March o cualquier otro auto de su categoría. La marca habla de una aceleración de 0 a 100 km/h en 11.8 segundos.

A velocidades de carretera hay que exigir al propulsor más potente —el de combustión— para mantener el ritmo y eso se refleja en el consumo, pero también en el confort. Ahí es cuando más se percibe el ruido y las vibraciones del motor por el esfuerzo extra que está haciendo.

Puede funcionar en modo totalmente eléctrico, pero con unas baterías de apenas 0.9 kWh, el rango es muy limitado. Nosotros no logramos recorrer más de dos kilómetros y el EV Mode se desactivaba constantemente. La velocidad máxima permitida es de 45 km/h y, aun debajo de ese límite, es poco tolerante con el acelerador. Cualquier presión por encima de un roce lo desactiva por aceleración excesiva. Además, el sistema protege su eficiencia y no deja que el modo EV se termine toda la carga de las baterías.

Se puede conducir en modo totalmente eléctrico, pero nunca conseguimos recorrer más de dos kilómetros en modo EV.

No estás pagando gadgets, pero el Prius C está bien equipado

El interior del Toyota Prius C nos recibe sin sorpresas. Los acabados son correctos y a pesar de que todos los plásticos son rígidos, están bien ensamblados y en algunas zonas hay texturas agradables y hasta ligeramente gomosas, como encima de la guantera y en paneles de puertas.

Las luces de conducción diurna alumbran casi tanto como los faros, que no son de encendido automático.

El equipamiento merece el calificativo de suficiente si recordamos que los 319,400 pesos que estamos pagando no están destinados a gadgets, sino a tecnología híbrida. Así, las carencias del Prius C podrían reducirse a una llave tradicional y una anticuada interfaz del sistema de infotenimiento con una pantalla de resolución mejorable. Todo lo demás es muy bueno: faros de LED —no automáticos—, cámara de reversa, climatizador automático, una completa computadora de viaje con pantalla multinformación de 4.2 pulgadas, control de velocidad crucero y un digno nivel de seguridad, que abarca frenos ABS, control electrónico de estabilidad y nueve bolsas de aire.

El espacio está en la media del segmento. El Toyota Prius C no es tan amplio como un Honda Fit, pero tampoco sufre como un Mazda2. Hay buen lugar para cuatro pasajeros y, teniendo claro que se trata de un vehículo para ciudad, hasta el volumen de la cajuela califica como aceptable: 238 litros. El paquete de baterías es pequeño y no parece alterar el espacio en la banca trasera.

¿Vale la pena el Toyota Prius C?

La respuesta corta es sí; la larga abarca una reflexión sobre prioridades. El rendimiento de combustible es muy bueno y superior al de la mayoría de los subcompactos, pero es difícil ignorar que por el mismo rango de precios encontramos modelos más equipados y mejor terminados con motores turbo o diesel más divertidos y (casi) igual de eficientes.

La verdadera ventaja surge al hablar de emisiones. La intervención constante del motor eléctrico y la posibilidad de moverse sólo con este bloque —no necesariamente en modo EV, sino por decisión propia del sistema— reduce la cantidad de contaminantes y los pulmones de la ciudad lo agradecerán. Por poner un ejemplo, el Prius C emite 85 gramos de CO2 por kilómetro, contra 103 g/km de un Ibiza 1.0 TSI.

Seguro, cómodo, muy eficiente y bien equipado. No hay una razón de peso para decirle que no al Toyota Prius C. Es un auto que vale la pena, aunque su "cercanía" en precio con la versión base del Prius convencional —la diferencia no es poca, son cerca de 60,000 pesos— nos hace plantearnos si vale la pena dar el salto hacia un modelo más refinado, espacioso e impulsado por un motor con el potencial de ser igual de eficiente —y más rápido.

8.3

Calidad7
Equipamiento7.5
Seguridad9
Motor8
Comportamiento7
Consumo10
Espacio interior8
Cajuela7.5
Comodidad10
Precio9

A favor

  • El rendimiento de combustible es muy bueno.
  • El equipamiento es bastante completo.
  • Su nivel de seguridad es referente del segmento.
  • Se trata del coche híbrido más barato de México.
  • Diseño fresco.

En contra

  • Su comportamiento es poco comunicativo en curvas.
  • El motor de combustión es ruidoso y produce muchas vibraciones.
  • El sistema de infotenimiento se siente anticuado.
  • Frenos de tacto poco preciso.
  • Poca autonomía eléctrica.

Toyota Prius C Prius C

$319,400

  • Motor de combustión: 1.5 litros
  • Potencia: 72 hp @ 4,800 rpm
  • Par motor: 82 lb-pie @ 4,000 rpm
  • Potencia EV: 60 hp
  • Par motor EV: 125 lb-pie
  • Potencia neta: 99 hp
  • Transmisión: Automática tipo CVT
  • Tracción: Delantera
  • Frenos: Disco / Tambor
  • Peso: 1,150 kg
  • Velocidad máxima: N.D.
  • Aceleración de 0 a 100 km/h': 11.8 s
  • Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
  • Suspensión trasera: Barra de torsión
  • Longitud: 4,050 mm
  • Cajuela: 238 litros
  • Consumo en ciudad: 26.3 km/l
  • Consumo combinado: 27.7 km/l
  • Emisiones de CO2: 85 g/km
  • Capacidad del tanque: 36 litros

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