"Voy rapídisimo y vengo" debería de ser el slogan promocional del Chevrolet Camaro ZL1. Es tanta la diferencia entre el SS y el que probé para Motorpasión México, que considero que este Camaro es en realidad un Corvette con asientos traseros y cajuela grande.
En las pistas más reconocidas del mundo, el ZL1 es un superauto, o al menos sus prestaciones lo son. En el mundo real, es un coupé legendario que recibió los mejores elementos aerodinámicos, de alto desempeño y estéticos que Chevrolet tiene disponibles. El resultado, un muscle-car más veloz que todos los demás, que requiere de toda la atención del conductor cuando el acelerador toca el fondo.
La furia roja
Un coche que causa tanto revuelo en una redacción llena de petrolheads, del que se sigue hablando semanas después de la prueba, y que todos hubieran querido manejar, es un coche con un sólo enfoque: pasional. Que si es el más rápido en el cuarto de milla o en el Nürburgring no es lo más importante —para algunos—, lo que más se disfruta es la emoción que provoca cada vez que se enciende el ruidoso V8 supercargado.
Si vives en un residencial multifamiliar, con estacionamiento subterráneo, tus vecinos —como los míos— van a dedicar parte de su oración nocturna para que no seas el primero que se despierte y se vaya a trabajar. El mundo se estremece alrededor del poderío de Camaro ZL1 cada vez que el primer ciclo de explosiones del día se completa, viene acompañado de un estruendo que sólo los más aficionados van a disfrutar. Yo sí lo disfruté cada vez que presioné el botón de encendido.
Todo lo que no es rojo, es negro. Esto incluye los corbatines de Chevrolet, el difusor de aire trasero y los estribos laterales, rines y la tapa del supercargador, que en realidad es de fibra de carbono.
¡Velocidad Warp, Capitán!
Piensa por un momento cuál es el auto —de calle— con mayor potencia que has manejado. Los 650 hp (misma cifra de par motor, en libras-pie) están en mi Top 5. El motor es un LT4 small block de 6.2 litros con supercargador, conectado a una transmisión Hydra Matic de 10 velocidades automática, con diferencial de deslizamiento limitado eLSD, que se pone a prueba con las llantas de verano Goodyear Eagle F1 Supercar 3 (285/30 ZR20 adelante y 305/30 ZR20 atrás) —que recibí ya gastadas— sobre el pavimento mojado. Con todo y el control de estabilidad activo, este Camaro ladra y muerde si no se tiene mesura al conducirlo.
No es sorpresa que la tracción es un privilegio, cuando es posible acelerar hasta 100 km/h en 3.5 segundos y superar los 300 km/h —holgadamente— de velocidad máxima. Para lidiar con la física y el círculo de Kamm, el ZL1 tiene launch control para arrancar de la manera más rápida posible desde 0 sin perder el control, modos de manejo Turismo, Sport y Pista (lluvia/nieve también, hubiera sido buena idea utilizarlo) y suspensión Magnetic Ride Control, que detecta la condición del pavimento y se ajusta cada 10 milisegundos para optimizar el aplomo.
Luz verde
O roja, naranja, azul o blanca... Así de configurable es la cabina del Camaro, la iluminación ambiental es sólo un pequeño detalle que destaca entre muchos más. Los asientos están firmados por Recaro, son duros como la crisis económica, pero muy ergonómicos y cómodos para ir rápido. El volante es de gamuza, plano en la parte inferior e incluye controles de velocidad crucero y audio.
El espacio es estrecho, sobre todo para la cabeza por la carrocería estilo chop-top, sin embargo, el acceso es fácil debido a las enormes puertas (2). Los asientos traseros están ahí para posar chamarras o bultos, pero de preferencia, nadie que consideres amigo debe viajar ahí.
Dos historias
Camaro ZL1 se puede manejar de dos maneras: pintando onces de hule en el pavimento cada que el semáforo se pone en verde, drifteando cada curva, incluso a baja velocidad y con el modo Sport o Track activado en todo momento, es una de ellas. Del consumo ni vamos a hablar porque puedes terminar con un tanque en medio día... qué digo medio día, media hora si tienes pie derecho de plomo, y las llantas tendrán muy corta vida en este modo salvaje.
La opción sensata
Ahora que, si quieres un Camaro pero los 650 hp son demasiados, y prefieres una versión más contenida pero igual de interesante visualmente, Chevrolet ofrece el RS Edición Especial, con líneas paralelas que cruzan la carrocería de punta a punta, rines exclusivos de 20 pulgadas, el mismo equipamiento interior que el SS y motor V6 de 335 hp, 285 lb-pie de par con transmisión automática de 8 velocidades con cambios al volante, modos de manejo para elegir, iluminación ambiental interior y emblemas luminosos.
Cuesta $740,200 y es una muy buena opción para quienes buscan un coupé estadounidense, pero no para ir lo más rápido posible todo el tiempo. La suspensión es considerablemente más cómoda y el look de esta edición especial vale la pena para lucir en cualquier situación.
7.4
A favor
- La brutal potencia, es una experiencia acelerar a fondo.
- El look endemoniado.
- Todo está orientado a un mejor manejo.
En contra
- La firmeza de la suspensión.
- El estrecho espacio interior.
- Del consumo, ni vamos a hablar.
Chevrolet Camaro ZL1 coupé
$1,330,800
- Motor: V8, 6.2 litros supercargado
- Potencia máxima: 650 hp @ 6,000 rpm
- Par máximo: 650 lb-pie @ 4,600 rpm
- Transmisión: Automática de 10 velocidades
- Tracción: Trasera
- Frenos: 4 discos ventilados con cálipers Brembo de 6 y 4 pistones
- Peso: 1,789 kg
- Velocidad máxima: 306 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 3.5 segundos
- Suspensión delantera: McPherson independiente con barra estabilizadora y Magnetic Ride Control
- Suspensión trasera: De 5 brazos independiente con barra estabilizadora y Magnetic Ride Control
- Longitud: 4,783 mm
- Cajuela: 257 litros
- Consumo en ciudad: 5.9 km/l
- Consumo en carretera: 8.5 km/l
- Consumo combinado: 7.2 km/l
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 72 litros