Si eres un asiduo seguidor del WRC, sabrás que la década de los 90 y principios de los 2000 fueron épocas memorables para el rallismo. Grandes pilotos como Colin McRae o Tommi Mäkinen alcanzaron la gloria en coches como el Mitsubishi Lancer Evo o el Subaru Impreza y justo este último modelo de “Subie” es del que les voy a platicar en las siguientes líneas.
El británico Richard Burns, uno de los pilotos más populares de aquella épocas, de hecho era tan popular que incluso tuvo su propio simulador para PC, también es reconocido por haber ganado el Network W Rally de Gran Bretaña en 2000, a bordo de un Subaru Impreza WRC, después de este exitoso evento, la unidad en cuestión pasó a formar parte de una exclusiva colección privada, en la cual se mantuvo todo el tiempo con los evidentes daños de batalla, mismos que se pueden apreciar en los estribos y en la ausencia del espejo lateral derecho, dejando sólo restos de la carcasa.
El dueño que lo tuvo en su colección solamente se limitó a darle mantenimiento mecánico para garantizar así su óptimo funcionamiento. Tanto así que incluso en las imágenes podemos apreciar memorabilia perteneciente a la época, cómo; los mapas de ruta, el pasaporte técnico de la FIA, un viejo teléfono celular Nokia, algunas envolturas de las barras energéticas que consumían Burns y su navegante en turno.
Gracias a todo el curioso historial con el que cuenta este Impreza, ayudó a que fuera vendido hace unos días a través del sitio Collecting Cars, alcanzando una cifra final de 711,868 euros, unos $17,093,589 millones de pesos mexicanos. Cifra que según los registros, lo coloca como el Subaru Impreza WRC más caro en toda la historia.
No cabe duda que se trata de una unidad bastante peculiar, por lo que representa, por el estado en el que se encuentra y lo que puede significar para un entusiasta del rally.