El sistema SH-AWD de Acura cumple 15 años de control total

Por cinco generaciones, el sistema de tracción integral Super Handling All Wheel Drive (SH-AWD) de Acura ha pasado por una evolución constante con el propósito de brindar mayor control y comportamiento dinámico a los vehículos de la marca, dando como resultado una flota de SUV principalmente de calidad premium con manejo dinámico y muy seguro. Acura nos invitó a recordar estos pasos con los que se ha llegado a desarrollar un tren motriz tan complicado y efectivo como el del superdeportivo NSX.

El primer vehículo que equipó el SH-AWD fue el MDX 2004. Era una versión más sencilla pero muy efectiva de tracción integral que distribuía la potencia del motor V6 a las cuatro ruedas, pero sólo entre ejes, es decir, más potencia al eje trasero en aceleración, y más hacia el delantero para curveo.

Para los SUV de la marca actuales, el SH-AWD funciona en conjunto con el control de estabilidad y los frenos, y éste puede distribuir potencia y torque a la llanta que más lo necesita, utilizando los frenos para disminuir la velocidad de giro de las llantas internas (cuando se traza una curva) y acelerando las externas, así, ya sea un sedán o un SUV, podrán trazar la curva con mayor control y sin desviaciones que pueden significar un accidente.

Tanto RDX como MDX utilizan el SH-AWD y lo equipan de serie, mientras que las últimas generaciones de los sedanes Acura montan el otro sistema de precisión y desempeño: P-AWS (Precision All Wheel Steering), que monta dirección en el eje trasero para cumplir básicamente el mismo objetivo de control total, sólo que éstos sólo tienen tracción delantera.

Por su parte, el NSX utiliza la versión más compleja del SH-AWD, que involucra tres motores eléctricos y uno de combustión trabajando al unísono con una avanzada computadora para que el piloto de este superauto tenga la opción de trazar la curva a mayor velocidad y pueda acelerar para salir de ella antes, logrando mejores tiempos de vuelta en circuito sin necesidad de más caballos de fuerza. Dos de los motores eléctricos se encuentran en el eje delantero, son éstos los que controlan la cantidad exacta de potencia en cada llanta frontal, mientras que el trasero es un complemento híbrido para agregar un boost eléctrico al motor de combustión, lo cual lo lanza desde 0 km/h con todo el agarre disponible y también distribuye de manera inteligente la potencia entre cada llanta posterior.

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