Si has tenido la oportunidad de comprar un coche nuevo, es probable que hayas notado que el odómetro en el cuadro de instrumentos, encargado de registrar la distancia que ha recorrido y recorrerá el auto a lo largo de su vida útil, no está precisamente en ceros, y la razón no es otra que es la distancia que el auto recorrió de la planta donde fue producido hasta el concesionario, pasando por una serie pruebas y movimientos que a continuación te presentamos.
Pero antes de ello, es necesario puntualizar que, la Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-160-SCFI-2013, destinada a la protección del consumidor, señala que un auto se considera "nuevo", de procedencia nacional o extranjera, el que está destinado al transporte terrestre de personas y/o de bienes, que el proveedor comercializa al consumidor por primera vez, con no más de 1,000 kilómetros recorridos y que sea del año modelo en curso o siguiente.
A grandes rasgos, la suma de kilómetros comienza con el primer encendido de motor, una vez que el auto abandona la zona de inspección de la planta de ensamble. Posterior a ello, procesos de calidad como alineación de ruedas, volante y luces; prueba de motor, frenos y transmisión, así como Inspección general, también suman distancia en el odómetro.
Las pruebas no terminan ahí. También se verifican asistencias avanzadas a la conducción, que implica que las ruedas se muevan. La prueba de agua involucra que el auto se desplace por un túnel que recorren a baja velocidad, al mismo tiempo que aspersores disparan agua a diferentes presiones desde varios ángulos, todo con el fin de comprobar que exista un sellado correcto en ventanas, puertas, motor, faros, calaveras y techo panorámico.
Tampoco podemos hacer de lado el hecho de que los autos nuevos también deben enfrentar una pista de pruebas dentro de la misma planta, con diferentes tipos de superficies, para certificar que la suspensión está bien ajustada, que no haya vibraciones o ruidos extraños, así como comprobar que la dirección está bien alineada.
Finalmente, los autos nuevos se trasladan a los patios de almacenamiento a la espera de ser embarcados ya sea en vagones de tren o en madrinas, para ser trasladados a los pisos de venta del fabricante, lo que implica que los operadores enciendan el auto, lo muevan hasta acomodarlo y, posteriormente, una vez en su destino, volver a encenderlos para bajarlos de las plataformas hasta los distribuidores.
En el deber ser, todo el procedimiento anterior no debe sumar entre 20 y 50 kilómetros, por lo que, si encuentras un auto nuevo con más kilometraje, se debería de investigar la razón, aunque estimar un kilometraje de entrega aceptable no es una ciencia exacta, ya que la cantidad puede variar según el fabricante y el distribuidor.
Sin embargo, la regla general es que cualquier número por debajo de 200 kilómetros es aceptable para un auto nuevo. Eso permite suficiente capacidad para el traslado desde el puerto de embarque o entre concesionarios si tienen que enviar el auto a un nuevo showroom.
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